Preocupan en La Plata altos niveles de contaminación sonora

La Plata es una ciudad extremadamente ruidosa y sus altos niveles de contaminación sonora aumentan al mismo ritmo que el crecimiento urbano, según advierten los especialistas en la materia. En ese contexto, el tránsito y la movida nocturna son factores de molestias auditivas exasperantes para los vecinos. El fenómeno ya es considerado como "alarmante" por los expertos y tiene su correlato en números concretos: en muchos puntos del casco urbano se miden hasta 98 decibeles (parámetros internacionales fijan el tope recomendable en 65); y sólo por esta infracción ahora se llegan a clausurar hasta 5 bares locales por mes.

Las últimas mediciones de contaminación sonora que se hicieron tres meses atrás en distintas partes de la ciudad fueron impulsadas por la comisión de ecología del Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata. En ese momento se detectaron 98 decibeles en la zona céntrica, un valor que supera por mucho los parámetros internacionales que -como se dijo- fijan el tope recomendable en una media de 65 decibeles.

Para la fonoaudióloga Noelia Gwozdz, la contaminación sonora es un mal subestimado que puede ocasionar daños irreversibles en la población y, por citar un ejemplo, señaló el caso de los vendedores ambulantes expuestos durante largas jornadas al ruido del tránsito: "Esas personas no llegan a recuperarse, necesitarían todo un día de silencio para superar el impacto auditivo al que están sometidos en las calles platenses".

Si como dice el refrán, "el silencio es salud", lugares como La Plata ya son enfermos crónicos. En el mapeo de riesgos, la diagonal 80, 7 y 50 y la Terminal de ómnibus encabezan los puntos geográficos con los mayores promedios de contaminación sonora, que oscilan entre 84 y 98 decibeles, según se señaló.

DAÑOS IRREVERSIBLES

Dolores de cabeza, taquicardia, problemas digestivos y alteraciones en el sueño pueden tener su origen en los ruidos urbanos, según apuntan los fonoaudiólogos. "Es necesario hacer prevención porque cuando la pérdida de la audición se produce por ruidos, en los adultos ya no se puede revertir. Los chicos tienen que entender la importancia de no exponer al oído a volúmenes altos porque pueden sufrir traumas acústicos", sostiene Gwozdz.

La ingeniera Nilda Vechiatti, especialista en acústica e integrante de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia, señala que el crecimiento de las ciudades tiende a ser caótico y, en ese contexto, el ruido urbano es uno de los "residuos del consumo". "La contaminación sonora genera efectos adversos en la salud de las personas, que a esta altura se resignan porque no saben qué hacer para cambiarla ni cómo evitarla", asegura la especialista.

La contaminación sonora en las ciudades es un problema que desvela a los científicos porque si bien las denuncias se multiplican de manera geométrica, la detección requiere una continuidad sistemática de las mediciones, un hábito que no está instalado en nuestras sociedades. "Hay que medir el nivel sonoro, una variable que cambia de un instante a otro, y asociarlo a la molestia que representa para generar conocimientos nuevos. Por ejemplo, un ruido nocturno que proviene de un restobar contamina mucho porque el local no está preparado para contener el ruido que se expande hacia los vecinos", afirma Vechiatti.

PLANIFICACION URBANA

Tener en cuenta el ruido para la planificación urbana es una de las propuestas de los investigadores que sostienen que la mayoría no lo contempla en los códigos de ordenamiento urbano de las grandes ciudades.

Con el registro anual del ruido promedio de una zona, los científicos aseguran que se podrían optimizar los recursos para atenuar o prevenir la contaminación sonora (ver aparte). "Un respuesta sería dividir la ciudad en zonas y, por ejemplo, en una de actividades tranquilas como puede ser la residencial, no habría que permitir mucha circulación vehicular", apuntó la ingeniera.

HASTA UN AIRE ACONDICIONADO

El área de Control Urbano es la encargada de controlar los niveles de sonidos de los locales nocturnos y cuando las marcas superan los 60 decibeles, se procede a la clausura. "Todos los meses hacemos un promedio de cinco clausuras y el 95 por ciento son bares bailables. Pero también acudimos ante denuncias como las que hizo un hombre contra un vecino que tenía un equipo de aire acondicionado muy ruidoso; en ese caso constatamos el hecho con un decibelímetro y labramos una contravención", sostuvo Ignacio Martínez, titular de Control Urbano.