Ricardo Fort jugó a ser Tinelli y Susana en el debut en tevé

Con pretendido derroche de glamour, música en vivo interpretada por su anfitrión y veladas críticas y alusiones a Marcelo Tinelli; Ricardo Fort debutó por América con “Fort Night Show”.

El estreno del programa del millonario -con numerosos segmentos que recordaron llamativamente a “ShowMatch” y al ciclo de Susana Giménez- tuvo picos de 10.2 puntos de rating que lo ubicaron por momentos como el envío de mayor audiencia dentro de su franja.

Ya de entrada, Fort aludió repetidamente a Tinelli y dejó en claro su intención de usurparle algunas frases y gestos, desde el arranque gritando “¡Buenas noches América!” hasta una despedida con el característico “chau chau chau chauuu” de la estrella del Trece.

En el inicio, el flamante conductor hizo un popurrí de temas musicales en los que habló de su vida desde que se hizo famoso.

Así dijo que Tinelli había sido su descubridor, afirmó que la temporada en el que estuvo en “El musical de tus sueños” fue la primera en muchos años que El Trece le ganó a Telefe en materia de rating y afirmó que aunque perdió el certamen, la gente lo consideró el ganador.

Además, le cantó al dueño de Ideas del Sur el tema “Qué ganas de no verte nunca más”.

Siguieron más temas musicales y la presentación de sus colaboradores, encabezados por Marina Calabró, quien no paró de elogiarlo durante toda la noche; Érika Mitdank, cuyo talento -según Fort- es poder comprar 40 pares de zapatos en un día; Vanesa Carbone, quien casi no habló, y Lio Pecoraro, quien hizo acotaciones a los gritos como si fuera Mariano Iúdica.

EN FAMILIA

Además hubo un video de los hijos del millonario que lo conmovieron hasta las lágrimas -aunque el “picture in picture” con la cara del emocionado padre tapó la mitad de la pantalla- y un abrazo a su madre, Marha Fort, quien destacó que tiene un hijo “muy creativo”.

A esta larga presentación siguió un segmento desde un escritorio muy parecido al de Susana Giménez, aunque con más brillos, en el que el millonario atendió llamados del público, que participó en juegos que tuvieron como estrellas a golosinas de Fel-Fort. Ahí, el anfitrión no se privó de imitar a la “diva de los teléfonos”, atendiendo llamados al grito de “¡mi amor como te quiero!”.

Después, desde el mismo rincón del estudio, Fort entrevistó a Moria Casán, aunque las referencias a Tinelli volvieron a ser el eje.

Para el cierre de la noche -en la que Fort hizo notar a cada momento que él es el dueño del circo- quedó otra canción en vivo y un cierre a puro baile, con dos bailarines-robots que convirtieron el final de la primera emisión en una suerte de pista de una fiesta de casamiento.