Alta tensión por las paritarias y la amenaza inflacionaria

GUILLERMO MORENO, EL “ARQUITECTO” DE LOS ACUERDOS DE PRECIOS PARA FRENAR LA INFLACIÓN

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Twitter: @Eldialp

La funcionaria cortó la comunicación y se largó a llorar. Sus interlocutores, empresarios y sindicalistas, la miraron sin entender lo que pasaba. Después lo supieron: había recibido una durísima reprimenda telefónica de Guillermo Moreno, que la exhortaba a cerrar la paritaria del sector aceitero con un tope del 20 por ciento de incremento salarial.

Así las cosas, el resultado no fue otro que la convocatoria a un paro en esa rama de la industria. La anécdota refleja la presión que está ejerciendo el Gobierno para que la ronda de paritarias salariales no concluya con un nivel de aumentos -los gremios se agrupan detrás de un reclamo del 30%- que termine echando más leña al fuego de la inflación.

LA MIRA EN LOS DOCENTES

En los despachos del poder saben que el constante aumento de precios ingresó en una fase delicada. Y buscan que no traspase esa línea difusa en la que se dispara y la situación no tiene retorno. Por eso la propia Cristina Kirchner sigue en detalle el curso de las paritarias. En los últimos días prestó especial atención a las negociaciones con los docentes.

La Casa Rosada busca allí aprovechar el peso de la CTERA, el gremio enrolado en la CTA oficialista, a la que ya le habría adelantado extraoficialmente la oferta que hará al conjunto de los sindicatos del sector el próximo miércoles en la reunión de paritaria. El Ministerio de Educación estiraría su propuesta al 22 por ciento de incremento salarial.

Aunque para los otros gremios la oferta sería insuficiente, sobre todo porque el ministro Alberto Sileoni ya anticipó que este año permanecerá congelado el denominado “incentivo docente”. Esos sindicatos integran la CGT Balcarce, por lo cual no se los puede considerar opositores. Pero sus dirigentes tienen una fuerte presión de las bases para no dar el brazo a torcer.

En la central que lidera el metalúrgico Antonio Caló persiste la bronca con el Gobierno por la movida inconsulta con el Impuesto a las Ganancias, pero la mayoría de los gremios que allí abrevan está lejos de pasarse a las filas opositoras. Los amagues de Oscar Lescano (Luz y Fuerza) estarían ligados a la propia paritaria en el sector energético, en la que pesa fuerte el Estado.

Un caso particular es el de la UTA, que agrupa a colectiveros y choferes de micros. El secretario general del gremio, Roberto Fernández, quedó en la repartija sindical del lado de los oficialistas, aunque sufre una fuerte presión de varias comisiones internas para regresar a las huestes de Hugo Moyano. Se sabe que en la CGT Azopardo lo recibirían con los brazos abiertos.

“Este Gobierno nos va a juntar a todos”, le dijo a El DIA el titular de la UATRE, Gerónimo Venegas, quien fue apuntado por Amado Boudou como uno de los responsables de los abucheos que padeció en San Lorenzo. Otro de los acusados, Luis Barrionuevo, sirvió un asado a José Manuel de la Sota, el gobernador de Córdoba que ya mueve sus fichas en la interna peronista.

Los sindicalistas opositores se están moviendo a destajo. El inicio de las paritarias los activó ni bien comenzó el año, con el agregado de que arrastran demandas insatisfechas. Pablo Micheli, de la CTA, convenció a Moyano de que lo acompañe a una marcha el 14 de marzo. En ese mismo momento, una delegación de la CGT oficialista estaba en el Vaticano.

Todos ellos, oficialistas y opositores, miran con desconfianza el congelamiento de precios por 60 días que tejió Moreno en su rol de ministro de Economía paralelo. Ese acuerdo arrancó en medio de una controversia sobre la publicidad de los supermercados en los diarios y con algunas dudas sobre la dispersión de precios entre las distintas cadenas del sector.

Pero no solamente los precios son un elemento discordante en la economía argentina, sino también (¿Cuándo no?) el dólar. El Banco Central se mostró más activo la última semana para frenar la escapada del “blue”, aunque la presión sobre la divisa norteamericana continúa. A juzgar de Roberto Lavagna, esto sucede porque “la sociedad no cree en el programa económico”.

Claro que el ex ministro es un dirigente opositor, aunque a su diagnóstico habría que tenerlo en cuenta porque fue quien diseñó las bases del modelo económico tras la debacle de la Convertibilidad. Según una reciente encuesta de la consultora Management&Fit, la percepción negativa sobre el curso de la economía alcanza al 54,5 por ciento de los argentinos.

ALGUNOS OBSTACULOS

En un contexto complicado, las arcas públicas sufrirán este primer trimestre una merma de 1.500 millones de dólares en concepto de exportación de soja sobre las estimaciones originales, con una caída del 50% comparado con el mismo período de 2012. A su vez, la Corte de Estados Unidos prepara un fallo sobre los “holdouts” por unos 1.300 millones de dólares.

Todo este “ruido económico” comienza a afectar al Gobierno, pese a que la interpretación de la Casa Rosada es bien distinta. El consultor Artemio López, ligado al kircherismo, despojó de cualquier explicación ligada a un creciente malestar social los abucheos a Boudou y el escrache que sufrió Axel Kicillof, el joven y poderoso viceministro de Economía.

“Lo del Buquebús fueron manifestaciones espontáneas y desesperadas de aquellos que no encuentran representación política de derecha en la que confíen. Y que ya expresaron su descontento violento en los cacerolazos porteños”, dijo López a EL DIA. Y agregó: “En San Lorenzo hubo una reacción organizada por parte del FCyS que gobierna Santa Fe frente a las denuncias del FPV de vínculos entre el narcotráfico, la Policía provincial y el poder político”.

Dos asuntos espinosos de política exterior, como el acuerdo con Irán para establecer una comisión que busque determinar la responsabilidad de ciudadanos de ese país en el atentado contra la AMIA; y los fuegos de artificio con Gran Bretaña por el tema de las Islas Malvinas, también agitaron las aguas durante la semana que concluyó.

A esta altura no debería llamar la atención, pero no hay que perder la capacidad de sorpresa frente al hecho de que la dirigencia de la comunidad judía se haya enterado del pacto con Irán -que en la semana comenzará a tratar el Congreso, cuyos diputados y senadores acaban de recibir un aumento de sueldo- por medio del Twitter de la Presidenta.

Mientras tanto, ya comienzan los aprestos para un año electoral que será intenso. En la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y Sergio Massa mueven sus fichas y son seguidos de cerca por el kirchnerismo. El intendente de Tigre sorprendió con una dura crítica a La Cámpora, a la vez que se unió a otros jefes comunales de su región para cuestionar la gestión bonaerense.

Aunque en el fondo, los chispazos entre los gobernantes se deben a la escasez de recursos, más allá del posicionamiento político. Sobrevuela la demanda histórica de la Provincia para cambiar el régimen de coparticipación. ¿Habrá ya alguna conversación iniciada tendiente a asociar esos cambios con una eventual reforma constitucional que incluya la re-reelección?