¿Cementerio de autos en 134 y 70?
Edición Impresa | 28 de Mayo de 2013 | 00:00

No son de propietarios que viven por la zona, sino que desconocidos los llevan hasta ahí y los prenden fuego. El lugar se está convirtiendo, por ese accionar en una suerte de cementerio de autos, sólo que a esos vehículos, antes de terminar de abandonarlos, los queman y así los dejan. La curiosa modalidad delictiva ocurre en estos días en 134 entre 70 y 71, Los Hornos, donde en menos de cien metros se acumulan ya cuatro coches incendiados.
Aunque se ha transformado en los últimos tiempos en prácticas frecuentes en toda la Región, las acciones de los “quemacoches” no dejan de sorprender, en la mayoría de los casos, a los dueños de unidades que autores ignorados destruyen con fuego. Pero este caso, el de Los Hornos, es todavía más llamativo, pues se trata de vehículos por los que nadie reclama.
El último auto incinerado en 134 entre 70 y 71 apareció anteayer. Como el hecho sucedió a las once y media de la noche la gente del barrio no se había ido a dormir todavía; los vecinos se asomaron a la calle y uno de ellos alertó a los bomberos, que sofocaron el siniestro en unos minutos. Pero la quema anterior ocurrió el martes de la semana pasada a la madrugada y alteró el descanso del vecindario. Fue, en esa ocasión, contra un Fiat Duna. “Me despertó un estallido y en principio pensé que eran esas motos que hacen las explosiones con los caños de escape. Pero cuando vi por la ventana se estaba prendiendo fuego un auto, que evidentemente tenía tanque de gas porque explotó dos veces y produjo una llamarada enorme, tanto que si hubiera estado más cerca de una casa el fuego la hubiera alcanzado”, contó Angel Salto, que vive en la esquina de 71 y 134 y sufrió un sobresalto, a las cuatro de la mañana, por ese episodio.
CADA DOS POR TRES
Para quienes habitan la zona, la irrupción de autos incendiados ha pasado a ser algo de casi todos los días. Hace dos meses se advirtió la presencia del primer vehículo que llevaron a la cuadra y abandonaron después de hacerlo arder, y ahora, en la última quincena, quemaron tres más. Los cuatro permanecen en el mismo lugar: dos adentro de un terreno baldío, otro en un campo enfrente de esa propiedad y el cuarto estacionado en la calle.
Nadie en el barrio conoce la procedencia de los coches y aunque han realizado las denuncias en la seccional policial de la jurisdicción siguen ahí sin ser retirados. “Por acá pasan patrulleros, pero los autos no son retirados y esto ya parece un cementerio de chatarras”, planteó Salto.
VANDALISMO CON FUEGO
Desde el año pasado viene registrándose esta oleada de vandalismo que tiene a los automóviles como objetos de daño. Antes de esta nueva tendencia que se vale del fuego, los ataques contra vehículos, también en horas de la madrugada, consistían en destruir los vidrios del parabrisas, luneta y ventanillas a cascotazos. Por lo general, la violencia se inscribía en el escenario de las “picadas” de los motoqueros, habituales en las noches del jueves para viernes y del domingo para lunes.
Estos hechos se suceden unos tras otros. A mediados de este mes, en el término de cuatro días, quemaron un auto en Ringuelet, otro en San Carlos y un tercero en Altos de San Lorenzo.
A los pocos días el cuadro se repitió ya dentro del casco urbano de la Ciudad: en 18 y 33 quemaron un Ford Galaxy.
El único caso en que se atrapó a los responsables se dio en 513 entre 11 y 12, donde la policía alcanzó a detener a una pareja que acababa de incendiar un Volkswagen Gol modelo 2000.
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