“Una palabra que hay que desmitificar”

Cuando a la abuela de Axel Apella (11) le dijeron que el tratamiento que necesitaba el nene para tratar una histiocitosis de células de Langberhans que padecía era la quimioterapia, reconoce que “se le vino el mundo abajo”. Sólo cuando el chico fue dejando la enfermedad atrás después de tres años de tratamiento recuperó la alegría y hoy se siente orgullosa de ver el entusiasmo que el nene pone en las clases de plástica y en las prácticas de fútbol , que alterna con periódicos controles médicos preventivos.

Para Daniel Pollono, desde hace 30 años en el servicio de Oncología del hospital de Niños del que hoy está al frente, “es importante desmitificar la palabra cáncer”, que hoy frecuentemente se asocia con la idea de muerte, cuando en el caso de los chicos, las estadística demuestran otra cosa.

Para eso, Polono da charlas en las que explica a médicos, padres y hasta chicos, la importancia de cambiar la carga de la palabra cáncer, sobre todo en el caso pediátrico.

EDADES Y PROTOCOLOS

Así como creció la curva de sobrevida, también en los últimos años se registraron cambios en la forma de tratar a los chicos, que hoy son sometidos a terapias más cortas con dosis más altas de medicamentos, dice el especialista.

En el servicio que él dirige, el 73% de los chicos atendidos tienen menos de 10 años.

La mayoría de los casos (35%) se da en niños de 1 a 4 años, el 25% en chicos de 5 a 9 y un 10% tiene menos de un año.

Hay otro 27% que continúan el tratamiento en ese servicio cuando llegan a la adolescencia.

El tiempo de tratamiento es muy variable y se ajusta a protocolos establecidos.