El Rojo cayó nuevamente y profundiza así su caída
| 13 de Abril de 2015 | 02:04

Defensores de Cambaceres. Fue superado ayer por la mañana en Loma Hermosa por J.J. Urquiza 2 a 0, un resultado que no admite objeciones y que le significó al elenco conducido tácticamente por Alejo Santa María la tercera derrota consecutiva.
Pero lo cierto es que resultó una actuación descolorida y desconcertante. Cambaceres fue de mayor a menor y cayó sin atenuantes y este nuevo revés, golpeó duro en el plantel que no encuentra el camino para enderezar el rumbo en el torneo.
¿QUE PASO?
Durante los primeros minutos de la etapa inicial, el Rojo tuvo la iniciativa y, por consiguiente, una mayor tenencia de la pelota.
El once de Alejo Santa María encontró algunos espacios por los costados, especialmente por las proyecciones de Ciavarelli y de Vinaccia, aunque sin generarle mayor peligro al arquero local, Juan Gómez. Su única aproximación fue un disparo de Ricardo González, que se fue cerca del palo derecho.
Si bien el Rojo era algo más en el desarrollo, el local no daba ventajas en el fondo y, por momentos, el partido caía en un pozo y se jugaba muy lejos de los arcos.
Al buen criterio de manejo de pelota, al orden en sus líneas, al once de Santa María le faltó adosarle profundidad en el tramo final.
SE ABRIO EL MARCADOR
El local despertó en los diez minutos finales de la etapa. Avisó en una llegada que controló Mareco y facturó a los 36 minutos con una acción de pelota detenida.
Un tiro libre ejecutado desde la izquierda por Mamberti, encontró el cabezazo en forma de “palomita” de Leandro Sosa para colocar el balón contra el palo izquierdo haciendo estéril la volada de Mareco Demasiado premio para un equipo que había llegado muy poco. El local, alentado por el gol, cerró la etapa en campo rival y Parodi remató desviado desde inmejorable posición.
LO JUSTIFICO
En el segundo tiempo JJ Urquiza justificó el triunfo. Jugó mejor que el Rojo y en los primeros diez minutos tuvo las mejores oportunidades para ampliar el marcador.
La labor de Mareco y la impericia de los delanteros impidieron que el tanteador se ampliara.
Pero Camba no aprovechó que su rival le perdonara la vida. Estuvo errático, impreciso y no generó casi ni una sola chance de gol frente al arco rival. Las ganas no fueron suficientes. Faltaron ideas y agresividad. Sólo un milagro podía llevar a Defensores al empate. El arco de Gómez le quedó muy lejos. Aunque la esperanza aún estaba simplemente porque esto es fútbol.
Sin embargo, el local cerró su buena labor con un gol sobre la hora. Definición de Macalik por arriba de Mareco, luego de que el arquero salvara ante Ramírez. Merecido totalmente para un equipo que lo justificó por lo hecho en la parte complementaria.
Defensores dejó una pálida imagen. Casi no pateó al arco y otra vez se quedó con las manos vacías.
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