Inexplicable persistencia de agresiones contra el personal en hospitales públicos

Una vez más surgieron evidencias sobre las agresiones que reciben médicos y personal auxiliar de los hospitales públicos locales, en episodios que fueron repudiados por la Agremiación Médica, marcándose así una situación que no es nueva, pero que se agravó en los últimos años y que obliga a tomar conciencia sobre un fenómeno que no refleja un mero encadenamiento de hechos aislados, sino que se trata de una tendencia instalada y que debe ser combatida. En la última semana dos agresiones en hospitales de la Ciudad volvieron a encender la luz de alerta en el equipo de salud. Desde la Agremiación Médica Platense se exigió a las autoridades que se tomen medidas concretas, que prevengan los cada vez más graves hechos de conflictividad en ámbitos que debieran ser de cuidado y respeto.

Según se detalló, médicos y auxiliares de emergencia del hospital San Martín vieron peligrar sus vidas cuando, tras ser informado sobre el fallecimiento de un familiar, un hombre sacó de entre sus prendas un arma 9 milímetros en plena sala de espera. Dos días antes, empleadas administrativas y uno de los directivos del hospital San Juan de Dios, fueron sorprendidos por los insultos de un hombre que, por razones supuestamente relacionadas a la internación de un familiar, ingresó enfurecido a la antesala de la dirección, sacudió puertas y ventanillas y terminó por golpear al director cuándo éste le advirtió que sería denunciado.

Los datos de la Agremiación indican que cada 48 horas un miembro del equipo de salud es agredido en su trabajo, estimándose que ocho de cada diez profesionales son víctimas de algún tipo de violencia; pero por miedo o falta de expectativa sólo dos hacen la denuncia. Desde la misma entidad se reclamó no sólo sumar policía adicional y custodias hospitalarios para el control de accesos y circulación interna, sino, además, medidas de índole funcional como completar los planteles de profesionales médicos, enfermeros y administrativos, cada vez más raleados, así como fortalecer otras áreas y servicios relacionados a la atención de los pacientes.

Se conoce que la mayoría de las agresiones -algunas con armas de fuego- que involucran casi siempre a familiares de pacientes, se registran en las guardias y ambulancias, pero también en otros servicios de salud. Y si bien parecían primero concentrase sobre todo en establecimientos del conurbano bonaerense, las asociaciones médicas sostuvieron que la violencia contra profesionales de la salud es un monstruo silencioso que viene creciendo en forma alarmante en nuestra zona y en todo el interior de la Provincia.

No debiera ser preciso enfatizar acerca de la necesidad de que los hospitales, por la función que cumplen, por la condición en que se encuentran quienes están allí internados o acuden en busca de una consulta y, desde luego, el personal médico y auxiliar que atiende a esos pacientes, cuenten con las máximas y absolutas condiciones de seguridad. Es dable esperar, entonces, que las autoridades provinciales reimpulsen todas aquellas medidas que puedan alcanzar la eficacia suficiente como para aumentar en forma sensible los márgenes de seguridad en los hospitales, permitiéndoles a los médicos y enfermeros que puedan desarrollar sus tareas sin presiones ni amenazas de ninguna índole. Y, al mismo tiempo, devolviéndoles a los pacientes -sean los internados o quienes asisten a las guardias y consultorios en los centros de salud- la tranquilidad que merecen en un sitio que existe para salvar vidas y no para ponerlas en riesgo.