La última edición diaria del Buenos Aires Herald

En esta semana el Buenos Aires Herald publicó su última edición como diario, para pasar a convertirse desde el primer viernes de noviembre en un semanario. Se trata del emblemático matutino en inglés fundado en 1876 por el escocés William Cathcart , que se convirtió en referente de la comunidad anglosajona radicada en la Argentina y que también atrajo como lectores a miles de lectores argentinos.

Sin embargo, el Buenos Aires Herald fue mucho más que eso, ya que en las épocas del autoritarismo político y muy en especial durante la última dictadura militar, no trepidó en denunciar y alzar su voz valiente y comprometida en defensa de los derechos humanos y de la libertad conculcada.

A finales de la década del 70, bajo la dirección del periodista británico Robert Cox, el Buenos Aires Herald lideró en forma natural a un muy pequeño grupo de diarios argentinos que protestaron contra los crímenes y excesos institucionales del gobierno militar, así como de los grupos paramilitares que, años antes, habían devastado a la vida democrática. Algunos directivos y periodistas de esos medios pagaron esa actitud con el alto precio de sus vidas o de sus libertades.

En el caso del Buenos Aires Herald, el periodista Cox fue perseguido y detenido ilegalmente, mientras su familia fue sistemáticamente amenazada, en una secuencia que incluyó un atentado contra su vida y un intento de secuestro contra su esposa, hasta que se vio obligado a abandonar el país en 1979. Pero otro periodista de ese diario, como Andrew Graham-Yooll, debió partir al exilio en 1976 mientras que James Neilson, el director que reemplazó a Cox, también fue amenazado. No faltaron, entonces, plumas valientes y comprometidas en defensa de la verdad y de los valores de la democracia.

“No sin un gran pesar, el Herald encuentra un punto final en tanto único diario escrito en inglés de América Latina, tras 140 años en la calle”, dice el comienzo del editorial titulado “El final de un diario”, publicado en la última edición diaria del emblemático Buenos Aires Herald

“Hemos transitado un largo camino desde nuestros humildes orígenes como un periódico de una sola página. Muchas cosas han cambiado en estas décadas y, en los últimos tiempos, el Herald ha atravesado severas dificultades”, agrega el editorial.

Cabría señalar que en los últimos años, el Buenos Aires Herald registró algunos pases de manos que le imprimieron un estilo diferente al sostenido por largo tiempo. Tuvo accionistas afines a la administración del gobierno anterior y apareció distanciado de su tradicional postura de independencia total frente a los gobiernos de turno.

Más allá de esta circunstancia -muy coyuntural, por cierto, si se la mide a través de una generosa presencia diaria en las calles a lo largo de 140 años- en su último editorial el Buenos Aires Herald agradeció “a los lectores fieles que nos han acompañado todos los días, a menudo durante décadas. Lectores diversos y críticos. Muchos de ellos sienten un gran afecto por el Herald, tal como lo han expresado permanentemente a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y reuniones personales. Varios nos han llamado en los últimos días para expresar su solidaridad, respeto y agradecimiento. Les manifestamos los mismos sentimientos. Sencillamente no podríamos haberlo hecho sin ustedes”.

Cuando un diario deja de aparecer, no son sus periodistas, empleados y directivos los únicos que sufren. Es toda la sociedad la que siente pesar y un gran vacío. No es una voz la que se apaga, son miles de voces las que se callan. Ojalá, entonces, que el Buenos Aires Herald recupere como semanario sus valores intrínsecos y que, además, vuelva cuanto antes a hacerse sentir todos los días en la vida nacional.

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