Injusto olvido del Estado con las bibliotecas populares de la Región

Una vez más las bibliotecas populares de nuestra región, acosadas por la falta de subsidios y por los altos costos de funcionamiento que deben afrontar, se encuentran en alerta y buscando fórmulas alternativas para seguir cumpliendo un importante rol cultural y social, principalmente para los más jóvenes. Una vez más cabe el elogio del aporte trascendente que estas bibliotecas de barrios les dieron a nuestra ciudad con el correr de los años.

Tal como se informó en una nota publicada en este diario, las bibliotecas populares enfrentan la realidad de que se les deben desde mayo las partidas de dinero destinadas al pago de sueldos de los bibliotecarios, al tiempo que arrastran una deuda de varios meses correspondiente a la anterior gestión comunal.

Desde la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas se señaló que a pesar de haber solicitado en el mes de mayo pasado una audiencia con las autoridades del área de Gestión Cultural de la Provincia, los funcionarios se negaron sistemáticamente a viabilizar ese encuentro y a conversar sobre la situación económica y el atraso en el pago de sueldos de los bibliotecarios.

Según indicaron, las 38 bibliotecas populares de la Región abren sus puertas gracias a la presencia de un bibliotecario, cuyo sueldo mensual por esa tarea hoy redondea los $ 8.500 pesos en una suma que aporta la Provincia. Como desde mayo pasado la Provincia cortó esas remesas, son las instituciones las que se vieron obligadas a enfrentar, con sus propios recursos, el pago de los salarios, en una situación que se está tornando imposible de sostener por mucho más tiempo.

Los dirigentes han señalado que una es la realidad de algunas bibliotecas populares ubicadas en la zona céntrica, mientras que muy distinta es la de las bibliotecas barriales, con lectores mayoritariamente pertenecientes a sectores de bajos recursos. En estos casos, como es obvio, deben duplicarse los esfuerzos de las bibliotecas para mantenerse.

En ese contexto, sin embargo, es digno de destacar que las bibliotecas conservan una buena cantidad de lectores, principalmente alumnos de primaria y de secundaria, pero también de vecinos, adultos, con inquietudes con la lectura. La creciente relación de las bibliotecas populares con las escuelas ubicadas en su radio de acción constituye otro paso positivo.

Como se remarcó en otras oportunidades en estas columnas, consecuencia de la unión de la política educacional de Domingo Sarmiento y de las inquietudes que llegaron a nuestro país de la mano de la inmigración, las bibliotecas populares en la Región tuvieron un rápido desarrollo y contribuyeron a la formación de generaciones de platenses que, de otra manera, no hubieran tenido fácil acceso al libro.

Cada uno de los barrios platenses cuenta con una o dos bibliotecas populares que lograron convertirse, a lo largo de tantas décadas de esforzado funcionamiento, en focos culturales de primer orden.

De allí que merezca ponderación el servicio prestado por tantos dirigentes y personas que, con todo desinterés, fortalecieron la presencia de estas entidades. Y como se dijo, en pleno avance de la era de Internet y de los escasos recursos que disponen, es valiosa la labor en estas bibliotecas populares para que sigan de pie.

deben
Deportivas
Domingo Sarmiento
Federación
Gestión Cultural
Instituciones Culturales
Internet
Mayo
Provincia
Región

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE