Otro informe médico advierte sobre el consumo de alcohol entre menores y jóvenes

El informe demostrativo de que el consumo de alcohol en adolescentes de entre 12 y 15 años se duplicó en los últimos cuatro años computados, según datos de la secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), vuelve a alertar sobre el avance de la considerada la droga más problemática, a la vez que expone una vez más acerca de la permisividad social frente a este tipo de adicción.

En este último sentido, también vuelve a verificarse que la tolerancia hacia la ingesta de alcohol entre los jóvenes parte de la idea errónea de que se trata de un hábito propio de la adolescencia que no entraña consecuencias graves.

Lo cierto es que, según sostuvo el estudio publicado recientemente en este diario, la ingesta por lo general se inicia a los 13 años y continúa con sesiones de excesos en las llamadas previas, las reuniones con amigos que se realizan antes de ir a los boliches. Allí se estima que entre el 10 y 15 por ciento de las personas que consumen alcohol desarrollará alcoholismo, advierte el informe, para agregar luego que la mayoría de los jóvenes se van convirtiendo en bebedores excesivos.

Fuentes médicas explicaron que consumir en exceso contribuye a formar un hábito adictivo e interfiere con el desarrollo de algunas estructuras del cuerpo y del cerebro, afectando la salud futura de los jóvenes. Los especialistas del Instituto Psiquiatría Psico-Neurobiológica Brain Center, autores del trabajo citados por el Sedronar, sugirieron la adopción de cinco medidas para reducir el consumo de alcohol, tales como aumentar los impuestos a las bebidas alcohólicas; prohibir la publicidad; restringir el consumo en la vía pública; controlar para evitar la venta a menores de edad; y adelantar el horario de ingreso a los boliches bailables.

Cabría recordar que informes dados a conocer en 2013 desde el servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata alertaron sobre los excesos en el consumo de alcohol por parte de chicos y jóvenes de entre 10 y 19 años, que toman bebidas esporádicamente, por ejemplo cada dos semanas, pero que lo hacen en cantidades exorbitantes.

Los médicos pusieron de relieve que son muy pocos los padres que saben que cuando un adolescente empieza a consumir grandes cantidades de alcohol en pocas horas tiene alto riesgo de sufrir trastornos neurológicos, cardiacos, digestivos y metabólicos, convulsiones, desvanecimientos, coma alcohólico y hasta la muerte. Esto sin contar que el consumo excesivo predispone a todo tipo de accidentes, ya que los reflejos disminuyen al igual que las capacidades psicomotrices.

Está claro que el consumo excesivo de alcohol entre jóvenes se ha convertido en uno de los motivos de mayor preocupación entre distintos especialistas y desde luego en la comunidad, no sólo porque ese fenómeno refleja serias distorsiones de orden familiar, educativo y social, sino por las consecuencias físicas y psicológicas que este hábito genera. Los padres y tutores de los jóvenes tienen, aquí, una responsabilidad fundamental.

Desde esta columna se ha insistido en que es prioritario prestar especial atención a las conclusiones obtenidas en diferentes investigaciones, según las cuales el consumo excesivo de alcohol genera dependencia física y psíquica, sin que sea posible manejarla a voluntad, de modo que resulta indispensable retrasar lo máximo posible el inicio de la ingesta.

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