Los robos, otro grave problema en el barrio de la zona roja

La zona comprendida entre las plazas Matheu y España, con el eje en la avenida 66, continúa siendo territorio propicio para la inseguridad. Esta vez, con el asalto a un supermercado donde ya ocurrió lo mismo otras tres veces en este año que termina.

Eran alrededor de las 20 del jueves cuando una pareja entró a un autoservicio de 4 y 66. A poco de entrar, él sacó una pistola y amenazó al empleado que atendía detrás del mostrador.

Los delincuentes, en un movimiento típico, empezaron a reclamarle el dinero de la caja. Fue justamente eso lo que consiguieron llevarse robado, según comentaron en el local.

Todo habría sido una maniobra rápida, en la que la víctima no fue golpeada ni sometida a encierros, de acuerdo a las mismas fuentes consultadas.

“En la zona últimamente hay más movimiento pero a estos dos no les importaba nada, estaban muy drogados, hicieron lo de siempre”, comentó un compañero del hombre asaltado.

La pareja escapó en un Suzuki Fun pero fue capturada en 1 y 67 por parte de la Policía, que le incautó el arma, los objetos robados y varias dosis de cocaína.

“La mujer estaría identificada, luego de una rueda de reconocimiento, como la autora de otros delitos en la zona”, señalaron los voceros.

Ese barrio continúa sitiado por la preocupación, teniendo en cuenta algunos asaltos anteriores, por ejemplo, en una verdulería de la misma esquina.

La proliferación de la venta de drogas sobre Plaza Matheu es uno de los aspectos que más molesta a la gente de la zona que se reunió en asambleas contra la inseguridad.

Todavía sigue fresco el saqueo que padeció una joven familia de 67 entre 2 y 3, de donde se llevaron toda clase de pertenencias de valor, incluido un celular que, por rastreo vía GPS, se estableció que estaba en 63 entre 2 y 3.

Que el teléfono haya sido ubicado en esa cuadra no fue casual: “ahí funciona un instituto de menores y al lado hay una casa usurpada. Por la localización se supo que podía estar en alguno de esos dos lugares”, explicó Francisco Bayinay (28), la víctima de ese caso.

Ya en aquella madrugada de martes, el joven les dio el dato a los policías del Comando de Patrullas y a los de la comisaría Novena, a donde fue a hacer la denuncia.

“Todo el tiempo me dijeron que no podía ser, que es imposible. Prometieron ir a hablar ahí y nada más. Un vecino que es policía retirado me comentó que a él una vez le habían robado cosas que después aparecieron en el instituto. Cuando me acerqué a reclamar, no me dejaron pasar”, aseguró Francisco.

Sin ninguna esperanza de recuperar sus pertenencias, el joven planea irse del barrio, asustado por toda la secuencia.