La corrupción y los derechos humanos

La corrupción ha hecho estragos en nuestro país. Su extensión a todas las jurisdicciones y muchas instituciones generó un derrame negativo para la sociedad. Hay que destacar que en todo el mundo democrático esa problemática está asociada legal y doctrinariamente a los Derechos Humanos. Contrariamente, entre nosotros, se mantienen totalmente desconectadas como si se trataran de idiomas distintos.

Siguiendo un criterio “universal” de los DH, es recomendable leer la Declaración de Quito de Junio de 2004 de la “Coalición Internacional de Organizaciones de Derechos Humanos de las Américas”. El primer punto de esa declaración reza: “La corrupción socava la democracia y la vigencia efectiva de los derechos humanos en la región”. También podemos remitirnos a la “Convención Interamericana contra la corrupción” de 1996 y la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, del 2003.

DEFINICION

Carlos Lusverti, ex presidente de la sección Venezuela de Amnistía Internacional, que fuera baleado en Caracas en abril de 2015, sostiene que las conductas corruptas, “en cuanto las acciones u omisiones del funcionario público se interpongan en las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos (respetar, garantizar y proteger) constituiría violación de derechos humanos sin importar que sean derechos civiles, políticos, económicos, culturales o sociales”, y esa conducta se advierte en situaciones -muy conocidas entre nosotros- “cuando un funcionario corrupto desvía los recursos asignados a programas sociales (construcción de escuelas u hospitales), cuando asigna con sobreprecio o sin los debidos controles contratos para suministro de ciertos servicios (agua, electricidad, teléfonos, alimentación, suministros para policías, cárceles) afectando en todos estos casos los derechos de las personas, reduciendo su acceso a esos derechos y a la realización efectiva de estos”. Agrega el activista de DH que “si consideramos el desarrollo como el incremento de derechos y oportunidades para la gente, y la pobreza como la carencia de derechos, asociada a la falta de actuación del Estado para garantizar los derechos a las personas, resulta bastante claro cómo la corrupción impacta directamente en la pobreza y en los derechos humanos”.

El Consejo Internacional de Políticas de DH, con sede en Ginebra, publicó en el año 2009 una investigación bajo el título “La corrupción y los Derechos Humanos: estableciendo el vínculo”. Allí se describen las distintas formas en que la corrupción puede generar violaciones de DH: por violación a los principios de igualdad y no discriminación; al impedir el derecho a un juicio justo y reparación efectiva; cuando restringe o impide el derecho a la participación política; violando los derechos económicos, sociales y culturales; cuando viola el derecho a la alimentación, a una vivienda adecuada, el acceso al agua, la salud, la educación.

La corrupción está asociada a la violación de los derechos humanos

En muy impactante ver que fuera de las fronteras la corrupción es reconocida por sus efectos directos sobre la violación de DH, y que pese a que nuestro país es firmante de todos los acuerdos en la materia, ambas problemáticas jamás son abordadas integralmente. Para la mayoría de los organismos de DH con una trayectoria reconocida en el país la palabra “corrupción” ha sido tanto muda como invisible.

La problemática de la corrupción como fuente de violación a los DH debe analizarse en el contexto de un país que entre 1990 y 2008 tuvo al mismo tiempo, dos ciclos de fuerte crecimiento del PBI (con interregno 1998-2003) y los más altos niveles de corrupción. El resultado lo vivimos en la calle: pobreza, precariedad en el trabajo, clientelismo, anomia en la sociedad, narco criminalidad controlando territorios. Hablamos de pérdida de derechos y falta de condiciones mínimas para una vida digna porque la corrupción distrajo miles de millones que debieron utilizarse para satisfacer las necesidades de la gente.

El otro tema que debe priorizarse para la integración de la problemática “corrupción = violación de DH” es la imperiosa necesidad de instrumentar una “profunda y audaz reforma política”. El sistema está estructurado para garantizar desde la política total “impunidad” para la corrupción. Desde el Estado y la política se practica la corrupción y al mismo tiempo que se intenta garantizar impunidad. Múltiples deformaciones al sistema de representación permite constituir estados feudales en municipios, provincias e instituciones públicas. Estas estructuras feudales son la base para construir corrupción y asegurar impunidad. Una de ellas claramente son los mecanismos de reelección ilimitada o con falsa alternancia que convirtieron a la representación democrática en un capítulo de sociedades conyugales, parentales, y de amigos.

DESAFIO

Si se logra debatir y llevar adelante una reforma política autentica, la democracia logrará ser más representativa y participativa. Las bases de la corrupción ya no serán sólidas y la posibilidad de impunidad podrá esfumarse. Desde ese lugar iremos estableciendo una visión de los DH integral, universal y amplia.

Quien se robe el dinero del pueblo e impida así políticas que permitan el acceso al agua, la tierra, el alimento, la educación, salud, el transporte, en la conciencia colectiva habrá violado los DH. Desde ese momento, la palabra “corrupción” será incorporada al diccionario argentino de los DH y la “memoria” se liberará de la venda que impide hasta ahora ver la violencia que imponen los que han saqueado por años el dinero y las esperanzas del pueblo.

(*) Profesor de Economía política de la facultad de Ciencias Jurídicas de la UNLP