Dos motochorros asaltaron tres comercios en pocos minutos

“Eran dos. Uno se quedó afuera y el otro entró encapuchado. Tenía un arma que la mostraba todo el tiempo. Solamente quería plata, no se robó ningún celular ni billetera. Hizo todo rápido y se escapó”. La misma descripción de los ladrones fue la que dieron dos comerciantes de Tolosa y otra de Ringuelet, para darle más fuerza al rumor de que los tres asaltos fueron obra de los mismos motochorros.

Al raíd habría que agregarle un intento más, que no se concretó gracias a que esa víctima se dio cuenta de lo que le iba a pasar y, detrás del portero eléctrico, pudo dejar afuera a los delincuentes.

La mayoría de esos episodios ocurrieron en 526 entre 11 y 12, cuando eran alrededor de las 20 del miércoles. El par de asaltantes disminuyó la velocidad de su moto oscura tipo cross delante de cuatro comercios, ubicados en hilera, uno al lado del otro.

El que entró a robar eligió primero una pollajería. “Me agarró en la vereda, con una clienta, y nos hizo entrar apuntándonos con la pistola”, contó Silvia (46), la empleada. Todo lo que le interesó llevarse al delincuente fue la plata del cambio de la caja.

Romina, la mujer que trabaja en un local de productos de limpieza aledaño, vio desde afuera la situación y corrió a pedir ayuda a una fiambrería.

“salieron de shopping”

Tan pronto como esa testigo se dio cuenta de lo que pasaba, el ladrón se percató de que lo vieron. No sintió vergüenza ni intentó zafarse rápido de la situación, sino que fue tras los pasos de Romina y se metió en el segundo local, también para asaltarlo.

Allí se encontró con esa mujer, una clienta “que lo insultó todo el tiempo” y el hombre que atendía. A la primera le ordenó tirarse al suelo, a la segunda no le hizo nada y al tercero lo mandó para el fondo.

Mientras hacía todo eso, también se apropió del dinero de la recaudación. El mismo dio la vuelta al mostrador e hizo lo que quiso. “Durante los dos robos movía y mostraba el arma”, describió Romina.

“Salieron de shopping”, fue la comparación irónica que se les ocurrió en esos locales para graficar la avidez de los delincuentes. Con esos dos robos concretados, fueron por el tercero, en un almacén de 11 y 526, que finalmente les quedó trunco.

Ya había en esa cuadra cierto temor por los robos. Es que en el cuarto local de esa hilera, una panadería, ya se vivió un episodio de ese tipo hace solamente una semana.

Aquel sábado, durante el mediodía, otros dos asaltantes llegaron caminando hasta ahí, cada uno con un cuchillo en la mano. Se escaparon con el celular y la cartera de una empleada. “Parecían más chicos que los que actuaron el miércoles”, dijo Romina.

A la bronca se le sumó también cierto enojo por la respuesta policial: “Cuando vinieron no nos tomaron los datos y nos mandaron a hacer la denuncia. Uno está cansado de eso, porque sentimos que no sirve”, comentaron las víctimas.

en ringuelet

En 7 y 517 bis, también a esa hora de esa noche, un par de motochorros repitió la maniobra en una carnicería, para llevarse sólo la plata de la caja. La hija del dueño destacó que también le robaron la plata a dos clientes. Y que cuando el asalto terminó, se escaparon rumbo a 8.

Con un 2015 sin que les hubieran robado, en ese local comenzaron un año signado por el delito: el de anteayer fue el cuarto asalto, en horarios y con otros delincuentes, aqunque con modalidades muy parecidas.