Obama y Castro buscan avanzar, pese al desacuerdo en derechos humanos
| 22 de Marzo de 2016 | 03:06

LA HABANA.- El presidente Raúl Castro y su homólogo Barack Obama dejaron al descubierto diferencias fundamentales de más de medio siglo entre Cuba y EE UU cuando hablaron de derechos humanos y del bloqueo económico a Cuba en una inusitada rueda de prensa conjunta que sorprendió a los cubanos que no están acostumbrados a que su líder político sea interrogado y cuestionado en público.
Los mandatarios marcaron un hito al reunirse en el mítico Palacio de la Revolución de La Habana y, aunque reconocieron las diferencias, se mostraron a favor de continuar un diálogo para avanzar en la normalización de las relaciones de quienes fueron los mayores enemigos del hemisferio por más de cinco décadas.
El toma y daca entre ambos mandatarios exhibió las profundas diferencias que aún existen entre los dos países pese al deshielo anunciado a finales de 2014 y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas este año, en lo que parecía el final del último conflicto de la Guerra Fría.
De pie y detrás de un atrio, Obama dijo que le había planteado a Castro “diferencias muy serias” que su país tiene con Cuba en temas como la promoción de la democracia y la vigencia de los derechos humanos. Afirmó que esos temas fueron planteados, en una conversación que el mandatario estadounidense caracterizó como difícil, y como requisitos previos que debían cumplirse antes de avanzar en construir relaciones más estrechas entre ambos países.
Asimismo, expresó que “es un nuevo día” para ambos países y se mostró convencido que el embargo de EE UU a Cuba terminará un día, aunque consideró que eso también dependerá de si ambos países logran superar las diferencias en materia de derechos humanos. “El embargo va a terminar. ¿Cuándo? No estoy completamente seguro”, dijo Obama, quien se convirtió en el primer presidente en casi 90 años en visitar Cuba, país con el que rompió relaciones tras el triunfo de la revolución en 1959. “¿Qué tan rápido pasará? Bueno, en parte depende de si podemos superar algunas de nuestras diferencias acerca de temas de derechos humanos”, añadió.
Castro, por su parte, lanzó duras críticas en contra del embargo impuesto por EE UU que, indicó, tenía repercusiones internacionales, y señaló que era el obstáculo principal que ha impedido el desarrollo económico de la isla y la normalización total de las relaciones.
“Existen profundas diferencias entre nuestros países que no van a desaparecer, ya que tenemos concepciones distintas sobre muchos temas, como los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial”, remarcó Castro.
El mandatario cubano elogió las recientes medidas del gobierno de Obama para relajar los controles hacia Cuba que calificó de “positivas, pero no suficientes”. “El bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano, por eso su eliminación será esencial para normalizar las relaciones bilaterales”, precisó Castro.
Consultas y cuestionamientos del periodismo sobre los presos políticos pusieron a la defensiva a Castro, que no está acostumbrado a participar en conferencias de prensa (ver aparte).
Cuba es criticada por detener temporalmente, algunas horas a lo sumo, a manifestantes en innumerables ocasiones, pero en la isla se han reducido drásticamente las largas sentencias por delitos que organizaciones de derechos humanos consideran políticos. Los cubanos se mostraron sorprendidos al ver el presidente Castro responder preguntas en la rueda de prensa que fue transmitida en vivo por la televisión estatal. “Es muy significativo oír esto de nuestro presidente, que reconozca que no se cumplen todos los derechos humanos en Cuba”, dijo Raúl Ríos, un chofer de 47 años. Marlene Pino, un ingeniero, también de 47 años, apuntó: “esto es historia pura y nunca pensé que lo vería, es difícil de asimilar rápidamente lo que está pasando aquí. Para mí es extraordinario ver esto”.
Obama llegó a Cuba con la promesa de hacer presión sobre los líderes cubanos en temas de derechos humanos, libertades políticas, y diciendo que su sola visita implicaba la promoción de los valores estadounidenses en la isla. Castro, a su vez, le devolvió la pelota a Obama cuando le dijo que para Cuba era inconcebible que un gobierno no le garantizara a su gente atención sanitaria, educación, alimentación y seguridad social, en clara referencia a EE UU. El gobernante cubano, que se prepara para dejar el cargo en 2018, también dijo que Cuba defiende “los derechos humanos” y que “los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales”.
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