Armados y a los golpes, asaltaron dos agencias de autos en minutos
| 26 de Marzo de 2016 | 02:30

“Quedaron filmados, pero no sé si les importa. ¿Cuánto tiempo pueden estar presos? Es la impunidad de estos tiempos”, analizó el encargado de la concesionaria de autos situada en 32 entre 16 y 17, donde el miércoles pasado tres delincuentes le abrieron la oreja de un culatazo al hijo del dueño, para llevarse un maletín con las llaves de todos los vehículos y alrededor de 15 mil pesos.
Venían de cometer otro asalto en un local del mismo rubro, en diagonal 76 entre 43 y 18. Como anticipó este diario en su edición del jueves, los delincuentes huyeron de allí con dinero en efectivo y una computadora, mientras las víctimas llamaban al 911 con la esperanza de que la policía los interceptara en las inmediaciones. No pasó.
Analizando los horarios, se cree que después de dar ese golpe el trío se decidió a acertar otro, en la concesionaria de la avenida 32.
“ESTABAMOS CERRANDO”
“Ya nos íbamos”, contó el encargado de esa agencia, antes de detallar que eran poco más de las 8 de la noche del miércoles y ya habían entrado “todos los autos”.
En el fondo del negocio conversaban él, un corredor de seguros y uno de los hijos del dueño. El otro, Lucas, acababa de salir con el maletín que contenía las llaves de los vehículos a la venta. No trascendió cuántas eran.
“Viene corriendo uno de atrás y le saca el maletín”, mientras “el segundo le pega un culatazo en la oreja”, describió el encargado, reproduciendo la secuencia que registró la cámara apostada en la calle. El que tenía las llaves se quedó como campana, mientras otros dos ingresaron con Lucas, que ya perdía sangre por la herida.
Ambos estaban armados. Uno usaba una gorrita negra y el otro un buzo con capucha azul. Sin dejar de encañonar al joven, los ladrones (de entre 18 y 20 años) redujeron en la pequeña oficina a las otras tres víctimas. Según el encargado, “pedían la plata grande, algo que no existe, porque las operaciones importantes no se hacen acá”. Pero ellos insistían, revoleando las armas y escrutando el pequeño reducto.
Una vez que se apoderaron de los celulares y el efectivo que las víctimas tenían encima, manotearon un estéreo y la alianza de Lucas, en lo que para los testigos fue el momento de mayor tensión: el joven intentó resistirse y uno de los ladrones golpeó al hermano.
Toda la secuencia no duró más que un minuto y medio, aunque para quienes lo vivieron debió parecer muchísimo más. Por fin, los ladrones se fueron, cerrando con cuidado la puerta de la oficina.
Las víctimas no llegaron a ver en qué escaparon. Se apuraron en trasladar a Lucas hasta el hospital Español, donde le dieron siete puntos de sutura en la oreja.
La agencia, contaron, quedó inoperante por el robo de las llaves. “Uno de los autos, por ejemplo, es alemán. Van a tardar, con suerte, 45 días en mandar otra y por lo tanto no lo podemos mover”, explicaron.
Es el primer asalto que sufre esta concesionario, que ya entregó el material de las cámaras a los investigadores. En ambos casos intervino la comisaría Cuarta.
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