El derecho de los hijos

Así como los adultos tienen derecho a concretar su paternidad, también los hijos que surgen de estos tratamientos tienen los suyos.

Los avances de la genética y el respeto por los derechos de la infancia generaron la necesidad de organizar la información de cada niño para preservar su identidad y ajustar las leyes relativas a lo que se conoce como “las nuevas maternidades y paternidades”.

“Se ha despertado en muchos países del mundo el interés por organizar la información de cada niño, a raíz de tres realidades: el respeto por los derechos del niño, los avances de la genética, y las nuevas maternidades y paternidades”, dice Diana Marre, doctora en antropología y profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, de visita en Argentina.

La declaración de derechos del niño tiene apenas 25 años. Recién en 1989, las Naciones Unidas declararon la convención que incluye entre otros derechos el de la identidad, “que es el derecho al conocimiento de la propia historia personal, biológica y genética”, explicó la experta que coordina la Asociación Familias e Infancias de Investigación (AFIN).

En la mayor parte de los países europeos y en Estados Unidos, la reproducción con óvulos donados ya no es más anónima, decisión que tiene que ver con ese “respeto por los derechos de los niños”, estimó la investigadora. En España, en cambio, la ovodonación sigue siendo anónima “como cuando en la mayoría de los países sólo los adultos tenían derechos”, señaló Marre.

“Hoy -añadió la antropóloga- casi no hay nadie que dude que a un niño adoptado no debe decírsele otra cosa que la verdad, y debe preservarse su historia para que pueda conocerla cuando lo requiera”, y ejemplificó que “la ley en Cataluña obliga a informar esa condición al niño antes que cumpla los 12 años”.

En cuanto a Argentina, cabe destacar que es objeto del estudio de otros países que buscan construir un instrumento como el Banco Nacional de Datos Genéticos, al servicio de la identidad como derecho; y Holanda ha posibilitado a través de su propio Banco el encuentro de cientos de personas nacidas del mismo material genético.