Intentarán demostrar que un rugbier usó la fuerza de su brazo “como un arma”
| 1 de Junio de 2016 | 01:48

Federico Tommasi (19) está intentando reencauzar su vida. Después de haber recibido una trompada, que lo dejó inconsciente en un cumpleaños en Gonnet, hace 17 días, fue sometido a una compleja cirugía reconstructiva de los huesos de su cara. Hoy se recupera en su casa de City Bell. El abogado de la familia intentará que la Justicia considere que el joven denunciado como agresor, por ser un jugador de rugby corpulento, usó la fuerza de su brazo “como un arma”.
Todo se remonta al 15 de mayo, cuando el joven estaba en una reunión privada. Alguien le exigió que debía pagar una entrada para estar en ese domicilio. “Ni siquiera era el dueño (de la vivienda). Le di algo de plata y una palmada en el hombro. Ahí me dijo que no lo tocara y me dio una piña”, recordó.
El impacto fue lo suficientemente violento como para que el adolescente cayera al suelo, luego de pegar contra una pared, y se cortara la frente. Pero sufrió lesiones mucho peores por el golpazo: varias fracturas en los huesos de la cara, incluida la órbita de un ojo.
Al chico lo llevaron a una clínica. Por varios días no se pudo mover de la cama, sólo podía tomar líquidos con un sorbete y era incapaz de abrir la boca o lavarse los dientes. Cuando se le desinflamó el rostro, los médicos decidieron que había que operarlo.
Federico pasó entonces por una cirugía compleja para corregirle el hundimiento que tuvo en la estructura facial.
“Le empujaron los huesos hacia afuera y le colocaron una placa con tornillos para que quede todo fijado”, explicó Juan Jorge Tommasi, el padre, también médico.
Su rostro quedó todo vendado hasta hace pocas horas. Ayer habló con EL DIA en su casa y adelantó que tendrá que “esperar entre seis meses y un año” hasta recuperar la sensibilidad en el lado izquierdo. Los huesos podrían tardar tres años en terminar de soldarse bien.
A él le preocupa poder retomar la carrera de Derecho, que estudia en la UNLP. Como faltó todo este tiempo, perdió todas las cursadas. Le enviará, entonces, una carta al decanato para que evalúe su situación.
sin “caballerosidad”
Francisco Pin, a quien denunció como autor de la agresión, es jugador del club La Plata RC. Teniendo en cuenta esa situación, Luis María Ferella, el abogado de la familia Tommasi, opinó que “la actitud de este joven dista mucho de la caballerosidad que se pregona en ese deporte”. El padre de Federico fue más allá: “Tal vez se les tendrían que hacer test psicológicos a los futuros jugadores de alto nivel”.
Dos días después de quedar desmayado por la trompada, el muchacho agredido contó que recibió en su celular un mensaje por WhatsApp.
Allí, según mencionó, había frases como “no era mi intención”, “disculpame” y hasta “te pago la operación”.
Sin embargo, nadie en la familia Tommasi interpretó eso como un arrepentimiento sincero: “Me habló esa vez y nunca más. Muy preocupado no debe estar. En realidad lo que me pedía era que no hiciera la denuncia”, aseguró Federico.
Lo que la familia hizo fue justamente todo lo contrario. Ferella hizo una presentación en las Fiscalías penales, “aportando pruebas y el relato de los hechos”, según explicó el letrado. Mientras “se espera el avance del expediente”, intentarán demostrar que el rugbier usó la fuerza de su brazo “como un arma” (ver aparte).
Para Federico, hasta aquella noche el nombre del agresor era sólo el de un conocido al que ni siquiera había visto antes. Hace 15 días, figura como protagonista de un trauma por el que seguirá sufriendo las consecuencias.
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