Plagio: la regla, y no la excepción, en la música
| 27 de Junio de 2016 | 02:29

El concepto de lo “nuevo” es particularmente ambiguo: ¿se puede crear algo totalmente nuevo, sin deudas con el pasado? Y en el mundo de la música, esa idea posmodernista ha tomado particular fuerza: “homenajes” y “citas” son parte de las herramientas compositivas de los artistas contemporáneos que toman melodías, riffs y bases rítmicas de otros artistas y luego les niegan reconocimiento porque, después de todo, el proceso creativo es siempre deudor y mencionar todas las influencias es imposible.
No es de extrañar en ese sentido que en los últimos 60 años de música popular, donde se vivió el advenimiento del rock and roll y la explosión de la música pop, los casos de denuncia de plagio se hayan convertido en moneda corriente.
Casos en donde se pone en juego un botín económico importante: de hecho, buena parte de la industria musical en crisis suspiró con el fallo de la semana pasada que afirmó que Led Zeppelin no plagió a “Taurus”, del grupo Spirit en el célebre “riff” de la mítica “Escalera al cielo”. Una demanda exitosa hubiera significado abrir la puerta a una potencial oleada de demandas a causa de los numerosos “préstamos musicales” en que incurren las canciones.
Copiar es inevitable. Al repasar los nombres que incurrieron en el delito, y aquellos acusados que se salvaron de ser hallados culpables, debe descartarse que se trate de una maniobra de gente poco talentosa para ascender en la escalera de la fama.
Zeppelin sólo acumuló un número frondoso de demandas en contra, de la cual el juicio por “Escalera al cielo” fue apenas el último episodio. La banda acostumbraba a partir de blues históricos tanto en su música como en su letra: Page “intentaba traer alguna variación a cualquier cosa que se usara” y Plan “debía cambiar la letra, aunque no siempre lo hizo”, reveló el propio Jimmy. Luego, se olvidaban de reconocer a los artistas citados, como si hicieran, por caso, los Rolling Stones.
MAS CASOS
Así, Zeppelin enfrentó otros cinco juicios (y numerosas acusaciones que no llegaron a acciones legales) por haber plagiado sus éxitos “Bring it on home”, “Whole Lotta Love” y “Boogie with Stu” (que perdieron) y “Dazed and confused” y “Baby I’m Gonna Leave You” (en las que llegaron a acuerdos).
Y no son los únicos ilustres de una larga lista de infractores: derrotados del juzgado salieron los Beatles (por la letra de “Come Together”, tomada de Chuck Berry), George Harrison (por su canción “My sweet lord”, copiada, según el juez, de manera inconsciente, de la canción de los Chifftons, “He’s so fine”) y Rod Stewart, uno de los casos más flagrantes: el artista tomó la melodía y el estribillo de “Taj Mahal”, de Jorge Ben Jor, para su celebradísima “Do you think I’m sexy”. Ganó el compositor brasileño.
¿Más? Radiohead ya casi no toca “Creep” luego de que Albert Hammond señalara en un marco legal lo similares que era a “The Air that I Breathe”, tema que compuso con los Hollies, Shakira fue hallada culpable de plagiar “Loca”, Pharrell Williams le tuvo que pagar a Marvin Gaye por robarle ¡dos! canciones, y hasta el gran michael Jackson tomó prestado sin consentimiento un cántico soul de “Makossa” para su “Wanna be startin’ something”, y tuvo que pagar un millón de francos en compensación.
Entre los acusados que arreglaron fuera de las cortes o nunca fueron demandados oficialmente, se encuentran nombres como Oasis, Eric Clapton, Depp Purple, Bruce Springsteen, Madonna...
En lo profundo, por supuesto, se encuentra el debate de la “naturaleza” de la copia: todo lo que creamos es a partir de lo que absorbimos, y por lo tanto una potencial copia incluso inconsciente. Al respecto, Borges llegó a teorizar que un Quijote escrito igual, letra por letra, pero publicado por otro autor siglos después, no sería una copia sino esencialmente una novela completamente distinta. Pero aunque el debate académico insista en que se trata de un concepto que debe fleixibilizarse, uno no puede evitar escuchar, detrás del “no culpes a la noche” de Luismi, el “blame it on the boogie” de Michael Jackson...
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