“Nole” falta nada

C eremonia de premiación de Roland Garros. Novak Djokovic recibe el trofeo de campeón tras derrotar en cuatro sets al británico Andy Murray (3-6, 6-1, 6-2 y 6-4) y coincidentemente con el sol de fondo, en el Philippe Chatrier, el cual estuvo ausente en las dos semanas que duró el torneo y hasta entonces en la carrera del serbio.

Es que para llegar a saldar la deuda pendiente que tenía, de conquistar el único Grand Slam que le faltaba a su exitosa trayectoria, el número uno del mundo tuvo que recorrer un largo camino.

El serbio tuvo que esperar a su 12ma. participación en el Grand Slam parisino, incluida tres definiciones perdidas, para completar los cuatro “grandes” y unirse a las leyendas de Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal (ver cuadro aparte).

En su primera incursión en Bois de Boulogne, Nole, quien había ingresado al cuadro principal desde la qualy, tuvo que retirarse en segunda ronda frente al argentino Guillermo Coria por problemas respiratorios.

Ya en 2012, en la primera plana del tenis, como número uno del mundo y con el sabor de haber ganado el Abierto de Australia, Wimbledon y Us Open, comenzó la especie de “maldición” en París.

Ese año disputaba su primera final pero cayó en la definición ante Rafael Nadal, quien al año siguiente lo despachó en un electrizante partido de semis, donde incluso tuvo match point, y repitió la dosis en 2014.

Al año siguiente, ya como absoluto dominador del circuito, y con un español venido a menos, parecía que sería la gran oportunidad para Djokovic conseguir la esquiva corona, pero fue sorprendido por el suizo Stanislas Wawrinka.

Por eso, Djokovic no estaba dispuesto a postergar un año más y ayer pudo por fin sacarse la angustia en el certamen francés.

Eso sí, si bien el camino fue más fácil -perdió solamente dos sets- hubo un hecho que pudo marcar una historia distinta, cuando en el duelo de cuartos de final ante el checo Tomas Berdych, lanzó su raqueta al piso tras molestarse por perder un punto y estuvo muy cerca de golpear a un juez de línea, que en caso de haberse concretado, habría sido descalificado automáticamente de la competencia. Hoy Djokovic festeja en lo más alto del tenis de elite.