Denuncian que una automovilista atropelló a un discapacitado y escapó sin auxiliarlo

César (43), un vecino de Tolosa, padece desde que nació graves trastornos para movilizarse. Con la ayuda de una bicicleta adaptada puede llevar adelante su rutina de ir a trabajar y de visitar a quien quiera. En eso estaba el fin de semana, cuando sufrió un accidente de tránsito: un auto lo chocó por detrás y su conductora, según denunciaron él y su familia, se escapó sin siquiera frenar para ver cómo estaba.

Por esa razón fue que este siniestro vial -uno de los tantos que hay día a día y que ya provocaron 70 muertes en el año en la Región- se destacó de los otros. Sucedió en el cruce de 12 y 35, cuando eran alrededor de las 19.45 del sábado.

“Yo venía por 12 y quise doblar. Le hice señas al auto que se acercaba y creí que me habían visto. Pero no. Sentí de atrás un golpe que me dio con todo”, relató César en primera persona.

El hombre cayó entonces al asfalto y quedó tendido, estático por el dolor que le produjo el impacto.

Su bicicleta especial quedó con las ruedas en forma de “8”, en un estado que la vuelve imposible de seguir usando.

Tanto César como Mónica, su madre, destacaron que la conductora del otro vehículo involucrado -un auto azul del que por ahora se desconocen la marca y el modelo- “nunca frenó” y “no se preocupó por cómo estaba” el ciclista.

Una actitud diferente tuvo una mujer que trabaja en una agencia de loterías ubicada en esa esquina, que salió a ver lo que había pasado y le ofreció ayuda al accidentado.

“Esa persona lo metió a César en el local y desde ahí llamaron a un hermano de él para que lo fuera a buscar”, señaló Mónica durante una entrevista con EL DIA.

A la víctima todavía le duran los dolores por el choque. Si bien los médicos que lo revisaron con distintos estudios confirmaron que no tenía fracturas o heridas importantes, le prescribieron guardar reposo hasta recuperarse.

Por ese motivo sigue en cama, en el medio de sus vacaciones. Habrá que esperar a que le toque retomar su trabajo en un hipermercado de Ringuelet, para comprobar si está en condiciones.

César se desplaza en esa bicicleta hace 25 años. Si bien ya le había tocado padecer otros accidentes, su vehículo no le había quedado tan dañado.

La cotización de los arreglos ascendería a por lo menos tres mil pesos.

“NO SE PUEDE HACER NADA”

Sin embargo, algo todavía más grave habría ocurrido cuando Mónica le planteó a la Policía abrir una causa por el hecho. “Nos dijeron que como no se tienen los datos del auto no se puede hacer la denuncia”, sostuvo la mujer.

En realidad, para esta clase de episodios con víctimas lesionadas, los efectivos tienen la potestad de iniciar una investigación de oficio (ver aparte).

César necesita de su bicicleta arreglada porque, según su mamá, “son sus piernas”.