Tres mujeres vivieron una pesadilla por un encapuchado
| 30 de Julio de 2016 | 00:59

Una mujer había invitado a dos amigas a cenar y a dormir a su casa de Los Hornos. Tenía en mente pasar un grato momento, también en compañía de sus pequeños hijos.
Lo que no estuvo en los cálculos de esa persona, de 30 años, es el tremendo susto que iban a vivir por la irrupción de un encapuchado.
El hecho ocurrió el jueves pasado en una vivienda situada en la calle 150 entre 58 y 59.
Ayer este diario estuvo en ese domicilio, donde habló con una de las víctimas que, por temor, solicitó no ser identificada.
Todavía junto a sus dos amigas, puntualizó que “esto pasó a las cinco y media de la mañana, cuando dormíamos las tres y también mis hijos, un varón de cuatro años y una nena de dos”.
De pronto, comentó, “vi a un tipo encapuchado que se asomó en el dormitorio. Desperté a una de las chicas y le pregunté quién era, a lo que me respondió que no sabía”.
La mujer que alquila esa vivienda “desde hace cinco meses”, según contó más tarde, entró en pánico. También sus amigas. Y enseguida, entre sus nervios y la desesperación de todas, “pensé que algo malo nos podía pasar”.
La denunciante, que hizo una breve pausa, señaló: “Sentí mucho miedo de que quisiera abusar de alguna de nosotras. Y me ponía peor al pensar que en otro cuarto estaban mis pequeños hijos”.
Sin embargo, el delincuente enseguida dejó en claro que sus intenciones eran otras.
“A una de mis amigas, cuando ello lo miró, le hizo señas de que se callara, por las dudas de que pudiera gritar”, reveló.
La mujer enseguida reflexionó que “solamente vino acá a robar. Cuando se fue, nos levantamos y al revisar la casa comprobamos que se había llevado la mochila de una de mis amigas, donde tenía un celular, la tarjeta SUBE y otras pertenencias”.
“A mí me sustrajo un radiograbador, una planchita para el pelo y alguna que otra cosa más”, acotó.
Pero a modo de balance de ese ingrato episodio, disparó: “Lo peor de todo fue el gran susto que nos llevamos”.
Más tarde llegó al lugar personal policial, avisado por un ocasional testigo que pasaba por el barrio y habría visto escapar al asaltante.
“No sabemos cuánto tiempo estuvo acá. Pero vimos que había marcas de barro de las zapatillas del ladrón. También que se fue con la llave de la puerta”, finalizó.
RASTRILLAJES
Personal del Comando de Patrulla, junto a efectivos de la seccional tercera, se encargaron de los rastrillajes de rigor, que hasta el momento no arrojaron los resultados deseados.
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