¡Qué bien le sentó la polémica a Tinelli!
| 31 de Julio de 2016 | 02:31

En las últimas dos semanas, Marcelo Tinelli no sólo traspasó de la sección farándula a la de política de los principales medios de comunicación sino que, además, logró -gracias al polémico cruce con Mauricio Macri a causa de las parodias en “Gran Cuñado”- volver a liderar el podio de los programas más vistos del día en la televisión.
Relegado al tercer lugar debido a los excelentes números que, en Telefé, venía haciendo el tándem “Moisés y los Diez Mandamientos” y “Educando a Nina”, el “ShowMatch” de Tinelli no lograba posicionarse en la cima de la tabla desde que comenzó su temporada. Sin embargo, comentarios que muchos entendieron como bajadas de línea del conductor, en relación a discursos y diferentes acciones del Presidente -como sus ácidos comentarios sobre el festejo del Bicentenario en el Campo de Polo y el cansancio que el presidente dijo sentir-, fueron complementados y profundizados en la sección “Gran Cuñado”, con parodias que, dicen, mucho molestaron en la Casa Rosada.
Según trascendió, a Macri, a quien en principio le pareció “divertida” la imitación que Freddy Villarreal hace en el ciclo de El Trece, le empezó a hacer ruido. No le gustaba, puntualmente, las exageraciones en su forma de hablar, las bromas sobre su salud y las ironías sobre algunas de sus declaraciones. En “GC”, Mauricio “trucho” apareció abrigado y con velas, por su llamado a ahorrar energía y a no estar “en patas y en remera” en invierno, y hasta se lo vio en calzoncillos, quejándose porque hacía mucho calor por la calefacción.
Cada vez que el Mauricio de “Gran Cuñado” aparecía en el piso de Ideas del Sur, en las redes sociales “mataban” a Tinelli, al punto que el conductor, con el ceño fruncido, salió a denunciar un ataque en su contra, y hasta acusó al Gobierno de encabezar una campaña de desprestigio a través de cuentas anónimas en las plataformas virtuales.
Con chicanas de un lado y del otro, noche a noche el rating de “ShowMatch” comenzó a levantar. Sobre todo esta semana, cuando Macri se refirió puntualmente a la denuncia de Tinelli. “Me satiriza de mala manera ante tres millones de personas en televisión y se ofende porque lo critican 30.000 tuiteros”, dijo el mandatario, aumentando aún más la tensión, y, en la misma línea, el rating, puesto que la mayoría sintonizaba El Trece para ver qué era lo que iba a contestar, con palabras o imitaciones, el “Cabezón”.
De los 15 ó 16 puntos que, en promedio, venía cosechando “ShowMatch”, en las últimos quince días no sólo superó los 18 sino que, además, se ubicó primero en la mayoría de los cinco días de la semana en los que se emite el programa.
Y con el escándalo instalado, llegó el llamado a “bajar un cambio” del jefe de Gabinete Marcos Peña, quien negó que el oficialismo estuviera detrás del ataque digital: “Rechazamos de plano cualquier ataque, difamación o coerción a la libertad de expresión”, dijo, sobre las críticas que recibió el conductor.
Horas después, el mismísimo Macri pidió tranquilidad. “Quiero que asumamos un compromiso contra la violencia en general. Es violencia la intolerancia, la agresión fuera de lugar en las redes sociales, el hecho de no escuchar al otro”, pidió Macri, poniendo más paños fríos al asunto que, para esa altura, ya era “tema nacional”.
Finalmente, y para darle un cierre a esta polémica que se quedó con horas y horas de programas de televisión y radio, además de líneas y líneas en los medios gráficos, el Presidente decidió invitar a Tinelli a la Residencia de Olivos, para hacer las paces. Y parece que las hicieron, ¡y cómo! Al terminar el encuentro, el mismísimo Presidente subió un video a sus redes sociales en el que aparece jugando con el animador a intercambiarse las caras a través de Snapchat, la aplicación que está de última moda entre niños y adolescentes. Un divertimento que no le dejaron pasar, y por la que los dos recibieron fuertes críticas.
A la hora de los balances, el que salió ganador, sin dudas, fue Tinelli. Porque las críticas anónimas de 30 mil tuiteros quedaron olvidadas y enterradas, frente a lo que implica volver a liderar el rating, una realidad que ya no le era propia.
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