Violencia de género: en Derecho atienden 8 víctimas por semana

Profesionales alertan por el crecimiento del flagelo a nivel local. “No distingue clases sociales”, afirman

Por CARLOS ALTAVISTA

Sólo en la facultad de Derecho de La Plata se atiende a 8 víctimas de violencia de género por semana. Ese número se vuelve mucho más relevante -y preocupante- si se tiene en cuenta que el centro de atención de la unidad académica funciona cuatro horas cada siete días: martes y jueves de 4 a 6 de la tarde.

El Centro de Atención a Víctimas de Violencia de Género es un programa de extensión de la facultad que nació en el 2012. El último jueves por la tarde, su directora, la joven abogada Valeria Segura, salió de la oficina ubicada en el subsuelo del edificio del ex Jockey Club, en 48, 6 y 7, y propuso charlar en una café. “Hay una mujer con el equipo de consulta”, dijo. Y la privacidad se respeta a rajatabla.

Valeria advirtió que en nuestra región la problemática es “grave”. “Cada vez vienen más mujeres, casi todas de La Plata, Berisso y Ensenada”, subrayó, para describir que el “promedio” de quienes llegan hasta el centro de atención “es el de una mujer de entre 20 y 30 años que sufre violencia por parte de su pareja o ex pareja”.

Y aclaró: “No hay distinciones de ningún tipo. La violencia es transversal a todas las clases sociales y a todos los niveles educativos. Vienen mujeres de clase baja, media, medio-alta, ocupadas y desocupadas, con poca formación y universitarias. Y todas, sin excepción, llegan abatidas y sin conocimiento alguno de sus derechos”, apuntó.

Describió que en el programa trabajan 20 profesionales de distintas disciplinas. “Cada mujer es atendida por un equipo formado por una abogada, una psicóloga y una trabajadora social. La primera entrevista es abierta. La persona viene desorientada, confundida, temerosa, y lo primero que se hace es contenerla, lograr que sienta que no está sola”, realzó, para enfatizar que “aquí no sólo se asesora a las mujeres, sino que se las acompaña en todo momento. Si deciden hacer la denuncia siempre estarán con alguien del equipo”.

Segura, por si alguna duda quedaba acerca del valor de las campañas de concientización, contó que “después de las marchas Ni Una Menos hubo una suerte de aluvión. Fue impresionante como movilizaron a las mujeres, como las animaron a contar lo que les pasaba”, recordó.

Asimismo comentó que hay situaciones muy diversas, pero que siempre buscan que “la mujer salga de ese lugar donde se siente sola y que pueda compartir con la amiga, la vecina. Las relaciones primarias son vitales y es lo que buscamos fomentar cuando vamos a los barrios; fortalecer los vínculos que las empoderen”. Acto seguido, advirtió sobre lo complejo que es el camino para salir del infierno. “La denuncia es un pequeño paso, después hay que construir una nueva vida sin violencia”, remarcó.

El centro funciona en tres espacios. La atención a víctimas (los martes y jueves, de 16 a 18), su asesoramiento y acompañamiento. La atención específicamente psicológica (los lunes a la tarde) mediante graduados y estudiantes avanzados de la facultad de Psicología. Y las tareas de prevención que se llevan a cabo mediante talleres, charlas y seminarios en escuelas, facultades, centros barriales.

“Aquí la mujeres llegan por varios caminos. El boca a boca ha funcionado muchísimo en estos cuatro años. Pero tenemos un convenio con el equipo interdisciplinario de la Comisaría de la Mujer (1, 42 y 43), con la Defensoría del Pueblo, con organizaciones sociales, entre otras”, puntualizó la directora del programa.

PROGRAMA PARA NIÑOS

El tema de los niños y de las adolescentes requiere especial atención.

“Cuando hay violencia en el hogar, que básicamente es física y psicológica, los niños la sufren terriblemente aunque no sean blanco de agresiones directas, sino por el hecho de ver a la madre violentada”, expresó Valeria y apuntó que dentro de la facultad existe un programa específico para atender a los chicos, el de Niñez, Derechos Humanos y Políticas Públicas.

Consultada sobre las relaciones adolescentes, la abogada indicó que “en las escuelas es común encontrar chicas de apenas 14 ó 15 años que se ven reflejadas en situaciones de violencia. Es un lugar donde existe una gran necesidad de expresarse. De hecho, los chicos hablan sin tapujos. Ir a las escuelas es algo que se debe profundizar, eso es prevención pura”, destacó (ver aparte).

Otro dato que surge del programa de Derecho llama la atención. Como se sabe, la Universidad aprobó en octubre último un “Protocolo de actuación ante situaciones de discriminación y/o violencia de género” en todos los ámbitos de la casa de altos estudios. “A partir de entonces, comenzaron a venir muchas estudiantes. También docentes e investigadoras. Pero sobre todo alumnas. Y los problemas en su mayoría son con compañeros”, dijo la experta.

Respecto de las patas débiles del sistema, Segura puso sobre la mesa dos cuestiones “graves”.

“La justicia penal no acompaña a la víctima. Ella hace la denuncia, se dicta la restricción perimetral (para el hombre), pero luego queda librada a su suerte”, señaló para destacar que hay dos Juzgados Protectorios de Familia que se ocupan específicamente de violencia de género, el Nº 4 y el Nº 5 de La Plata. Y finalizó: “Tampoco hay políticas públicas. ¿Adónde va la mujer? ¿Vuelve a su casa sin acompañamiento y sin empleo? Es rehén de la situación”.

El mail del programa es violenciadegenero@jursoc.unlp.edu.ar. Facebook: Centro de Atención a Víctimas de Violencia de Género UNLP.

CARLOS ALTAVISTA
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