La población debe tomar conciencia del grave peligro de la automedicación
| 9 de Agosto de 2016 | 03:01

Hace ya muchos años que diversos informes médicos vienen dando voces de alerta acerca de los preocupantes niveles de automedicación existentes en el país, especialmente en lo que se refiere al abuso de analgésicos, en una situación que corrobora la presencia de esas tendencias nocivas para la salud de la población.
Ahora se termina de informar en estas jornadas que por año se venden en el país unas 70 millones de cajas de analgésicos, superando con creces la venta de otros medicamentos, según reveló un estudio reciente de la consultora médica IMS, lo que indujo a fuentes médicas y farmacéuticas a advertir ante lo que consideraron un exceso por parte de muchas personas.
Luego de señalar que el dolor es la causa más frecuente de consulta al médico, un farmacólogo puso de relieve que para enfrentarlo se suelen consumir fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central y otros que actúan sobre los nervios periféricos. Los analgésicos más potentes que se conocen, detalló, son los hipnoanalgésicos, que son básicamente los opiáceos como morfina, codeína o nalbufina, y provocan un profundo efecto de sedación en el sistema nervioso central que hace que el paciente olvide por completo el dolor, pero no actúan sobre las causas y son muy adictivos.
Dijo asimismo que otros analgésicos potentes como la pregabalina retardan la despolarización de las neuronas que generan dolor, por lo que usados en bajas dosis ayudan a controlar dolencias de tipo neuropático, como las producidas por algunas hernias de disco, por ejemplo, mientras que para las dolencias leves o moderadas como dolores de cabeza, muelas, articulaciones, secuelas de operaciones, dolores menstruales o esguinces, se usan generalmente antiinflamatorios no esteroides como el diclofenac, que también quita el dolor pero no actúa directamente sobre sus causas.
Los especialistas mencionaron también otros fármacos, como el ibuprofeno, que si bien no es el más potente antiinflamatorio ni el más potente analgésico, tiene ambos efectos porque desinflama y a la vez inhibe el proceso enzimático que causa el dolor. Aquí citaron entre los más utilizados al paracetamol, que tiene efecto a nivel del sistema nervioso central. Los estudios remarcaron que 7 de cada 10 argentinos consideran que su salud es buena, pero que 5 de cada 10 tomaron fármacos en los últimos días, y que más de la mitad se automedica.
Está claro que se debe prestar especial atención al peligro de la automedicación. Lo cierto es que cotidianamente, a los hospitales llegan pacientes automedicados, con secuela de problemas hepáticos, gástricos y cardíacos, que representan un alto costo para el Estado o las obras sociales, al mismo tiempo que causan un deterioro en la salud que podrían ser absolutamente prevenidos.
El uso abusivo de sedantes o estimulantes sin prescripción médica, el hábito de recurrir en forma automática a drogas alguna vez recetadas, con prescindencia del método y las restricciones indicadas por los facultativos, deriva en excesos sumamente riesgosos. Está claro que, sólo a partir de nociones fuertemente arraigadas, existe la posibilidad de que se reviertan tendencias que ya están incorporadas a la vida cotidiana y que también, en gran medida, son fomentadas por algunas propagandas que debieran ser controladas y equilibradas por algo más que el formulismo que recomienda consultar a su médico.
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