Peligro con el agua: en Gonnet los vecinos abren la canilla con miedo

Por la calidad del servicio, se dispara la venta de agua envasada en el barrio

Después de conocer el fallo de la Justicia que obliga a Absa a distribuir agua potable en una amplia zona de Gonnet y Villa Castells, los vecinos están expectantes y limitan todo lo que pueden el consumo de la agua de red, incluso aquellos que hasta el momento no tuvieron ningún indicio de sufrir complicaciones de salud. En ese marco, algunos comerciantes aseguraron que en los últimos meses se triplicó la venta de agua mineral.

Los vecinos aseguraron ayer que es un problema de larga data y que hace rato que el agua de red sale tan salada que es “intomable”.

Como se recordará, el nuevo fallo de la Justicia ordena a Absa entregar agua potable a vecinos de Gonnet y Villa Castells. De esa manera, el Juzgado de Faltas Nº 2 de La Plata, a cargo de Dante Rusconi, amplió la medida preventiva que había dictado unos días antes obligando a Absa y a la Provincia de Buenos Aires a suministrar agua potable envasada a vecinos de una amplia zona de Gonnet - comprendida por las calles 487, 496, 15 y 21-, extendiéndola ahora también a Villa Castells. Anoche Absa informó las calles en las que comenzará el operativo para distribuir agua envasada (ver aparte).

“Todos coincidieron que en el verano de 2014 fue cuando muchos notaron que el gusto era desagradablemente salado y se registraron muchos cuadros de descompensación”

Asimismo, a raíz de información suministrada por la propia empresa a la Justicia, se conoció que el problema alcanza a toda esa zona y que para solucionarlo definitivamente es necesario construir un acueducto de varios kilómetros.

“Una bióloga de la zona mandó a analizar el agua hace dos años y se comprobó que el agua contiene el triple de sal que lo permitido”, contó Catalina, una vecina que vive pegada a la República de los Niños.

En esa zona comprendida por las calles 18 y 19, de 495 a 498 y alrededores, todos hablan del problema del agua porque, más allá de que muchos vecinos hicieron reclamos de manera individual, también presentaron firmas ante el Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires.

Si bien algunos indicaron que el deterioro en la calidad del agua comenzó hace unos tres años, todos coincidieron que en el verano de 2014 fue cuando muchos notaron que el gusto era desagradablemente salado y se registraron muchos cuadros de descompensación entre personas hipertensas, que deben prescindir del consumo de sodio.

Aún están pegados los carteles informativos en los que se advierte acerca de la calidad del agua, tal como se observa en un supermercado 18 y 495. “El agua tiene un 25 por ciento mas de sodio que lo permitido, la verdad es que es intomable, cuando la gente comenzó a tener conocimiento del problema se triplicó la venta de agua mineral”, señaló el responsable de ese comercio.

En esa línea, en 19 y 495 bis un vecino aseguró que desde hace al menos dos años compra agua para beber y cocinar.

Larga historia de reclamos

Fueron muchas las puertas que golpearon los vecinos antes de que se expidiera la Justicia. Los primeros reclamos se hicieron en Absa, luego se recurrió al OCABA y en otra instancia al Defensor del Pueblo.

Es que el temor de estar consumiendo algo que, además de tener gusto desagradable, pueda ocasionar problemas de salud fue lo que los mantuvo firme en el reclamo, según reconocieron ayer los vecinos consultados.

Según dijeron, la recomendación de los profesionales fue dejar de consumir el agua de red por su alto contenido de sodio.

Por eso, mientras aguardaban los análisis del agua encarados por las autoridades del agua, muchos vecinos optaron por usar el agua de red con mucha cautela, más en lo concerniente al consumo.

“Si uno riega las plantas en abundancia, se secan; además se rompen con mayor frecuencia los lavarropas y si uno hace la prueba de dejar un vaso con agua varios días, ve como se forma una película blanca en el fondo, que no es otra cosa que sal”, señaló una bióloga que vive en la zona afectada, una de las primeras que comenzó la campaña para que se mejore la calidad del agua.

“Hay días en los que el olor a cloro es tan fuerte que no podemos usarla ni para el mate porque todo cambia de sabor”

Según la misma profesional, la salinización de las napas avanza desde el Río de la Plata y también afecta la zona de Villa Castells. En ese marco, los pozos que nutren la red tienen arcillas ricas en cloruro de sodio y tal vez, según cree, su agua deba ser mezclada con otra menos salobre para que baje el nivel que tiene.

En Villa Castells los vecinos consultados por el diario EL DIA coincidieron en que el barrio creció a un ritmo mucho más vertiginoso que las obras necesarias y que la calidad del agua empeoró.

“Los que tienen más problemas son los del bajo - el sector más cercano a la Autopista La Plata - Buenos Aires -, de todas maneras hay días en los que el olor a cloro es tan fuerte que no podemos usarla ni para el mate porque todo cambia de sabor”, apuntó un vecino.

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