Piñera y su rival Guillier ya salen a buscar alianzas de cara a la segunda vuelta en Chile

El ex mandatario de derecha busca captar a los votantes centristas. En tanto, el reto del candidato será aglutinar los votos de la izquierda

Edición Impresa

SANTIAGO

El ex mandatario conservador Sebastián Piñera y su rival en la recta final por la presidencia de Chile, el senador oficialista Alejandro Guillier, deberán redoblar los esfuerzos para seducir a los contrincantes que quedaron en el camino y llegar sólidos al ballotage de diciembre.

Piñera, un multimillonario de 67 años, quedó el domingo en el primer lugar entre ocho candidatos con un 36,64% de los votos, un nivel por debajo de la mayoría necesaria para triunfar en primera vuelta. Guillier, que representa a la centroizquierda gobernante, consiguió un 22,70%.

“La segunda vuelta será estrecha y reñida y eso no es una sorpresa. Creo que vamos a ganar”, declaró ayer Piñera a medios extranjeros. “Respecto a si nos vamos a ‘derechizar’ o ‘izquierdizar’, ni lo uno ni lo otro. Vamos a apelar al centro social, hacia una clase de personas que a las que les gusta la moderación, que aprecian la cultura del diálogo, que quieren recuperar una mejor convivencia con los chilenos”, agregó.

Aunque los dos candidatos mantendrían el modelo de libre mercado, Piñera busca corregir las reformas impulsadas por la mandataria socialista Michelle Bachelet, duplicar el crecimiento económico y así dejar al mayor productor mundial de cobre a las puertas del desarrollo.

Los votos obtenidos por Guillier, que planea profundizar las reformas sociales de Bachelet, dejaron en evidencia los costos de una coalición gobernante que llegó dividida a las elecciones.

La izquierdista Beatriz Sánchez logró la tercera posición con un sorprendente 20,27% de los sufragios. Más atrás llegó la candidata oficialista de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, con un 5,88%.

Guillier destacó que ambas candidatas “confirman que somos más los que estamos por el cambio y vamos a abordar el mandato popular expresado en esta jornada”.

Sánchez, a quien los sondeos pronosticaban un apoyo de menos de dos dígitos, y que está ideológicamente más cerca de Guillier que de Piñera, fue la gran ganadora de la jornada electoral y la que tiene la llave en la negociación hacia el ballotage.

Fue tal la sorpresa del resultado de la elección presidencial y especialmente del Frente Amplio (al que pertenece Sánchez) en las legislativas, que el mercado accionario y del peso se derrumbaron en las operaciones de ayer. “Las expectativas del mercado eran que Piñera alcanzara al menos un 40%”, dijo el analista Guillermo Araya. “Los inversionistas que pensaban que era carrera ganada se van a deprimir un poco”, agregó.

Con todo, Sánchez no dio un apoyo explícito a Guillier. Sólo confirmó que van “a iniciar una conversación respecto a lo que viene”, refiriéndose a un diálogo dentro de su propia coalición para consultar a sus bases antes de sellar alguna eventual alianza.

Goic tampoco brindó su apoyo a Guillier y precisó que el partido lo resolverá próximamente.

El candidato presidencial ultraconservador José Antonio Kast, que defendió en la campaña el legado del dictador Augusto Pinochet, obtuvo un inesperado 7,93% de los votos, un capital político clave para Piñera en una segunda vuelta.

Tras conocerse los resultados, Kast se reunió con Piñera y aseguró que “con la misma alegría y entusiasmo, asumamos la tarea de hacer posible el triunfo del candidato Piñera. No vamos a exigir nada ni a condicionar nuestro apoyo”. Pero otros apuntan a que la estrategia debe ser capturar los votos desencantados de los demócrata cristianos para garantizar el triunfo en el ballotage.

“Agradecemos el apoyo de Kast, pero debemos ir hacia los votos del centro; hacia allá se enfocará la estrategia en las próximas semanas”, indicó Cristián Monckeberg, presidente de Renovación Nacional, el partido que logró más legisladores para el bloque de derecha.

LA GESTIÓN DE BACHELET

La elección fue vista como un referéndum a la gestión de Bachelet, que buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas, aunque los desacuerdos y una economía casi estancada abrieron fisuras en la coalición gobernante de centroizquierda Nueva Mayoría.

El resultado del domingo podría incluso poner en riesgo la supervivencia de la alianza que ha dominado la política chilena durante décadas. Pero Bachelet intentó poner paños fríos tras conocer el resultado de los comicios.

“Necesitamos la unidad de todos los que quieren las transformaciones que el progreso de Chile necesita. Es el momento de la generosidad y unidad”, dijo Bachelet en una declaración desde el palacio presidencial.

Más allá de quien gane el ballotage, el próximo presidente de Chile deberá tender puentes en el Congreso, ya que tanto el bloque de Piñera como el de Guillier no lograron una clara mayoría a nivel parlamentario. (EFE)

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE