Los diputados condenaron la violencia, pese a que algunos todavía la justifican
Edición Impresa | 22 de Diciembre de 2017 | 03:10

Mariano Spezzapria
mspezzapria@gmail.com
“Lo que se logra con violencia sólo se sostiene con violencia”. La frase pertenece a Mahatma Gandhi y fue invocada ayer en la Cámara de Diputados, el día después de la agresión que sufrió Martín Lousteau por parte de bancarios del BAPRO y de los graves disturbios callejeros que rodearon a la sesión del último lunes, mientras se debatía y aprobaba la reforma previsional.
El diputado que hizo la cita del emblemático pacifista indio fue Eduardo Amadeo (Cambiemos), quien tomó la palabra para pedir disculpas por haber declarado que le parecía “perfecto” que la Policía le arrojara gas pimienta en el rostro a su colega kirchnerista Mayra Mendoza. El exabrupto fue uno de los tantos que se cruzaron oficialistas y opositores en estos álgidos días de diciembre.
De hecho, EL DIA constató en el Congreso que el comportamiento de algunos diputados no hizo más que agitar la violencia que se registró en las calles y que enfrentó a los argentinos con sus peores fantasmas. Ayer mismo, el kirchnerista Leopoldo Moreau justificó la golpiza que recibió el periodista televisivo Julio Bazán, a quien consideró “una víctima del grupo donde trabaja”.
“Bazán no sólo fue víctima de un grupo de inadaptados, sino también del grupo donde trabaja, que proclamó el periodismo de guerra. Eso también es violencia”, argumentó –de manera ciertamente contradictoria- el legislador de Unidad Ciudadana. La falta de criterio del ex alfonsinista la contrapesó Lousteau, quien afirmó que “la calidad democrática está cada vez peor”.
“En la Argentina estamos viviendo la política como si fuera una guerra”, advirtió el ex ministro de Economía, que el miércoles pasó un mal momento cuando manifestantes lo increparon sobre la avenida Callao, cuando se dirigía caminando al Congreso. Ayer, Lousteau dijo que también el Gobierno tiene responsabilidad por forzar la marcha con reformas sin tiempo para discutirlas.
En su intervención, en la apertura de la sesión en la que se discutió el Presupuesto 2018, Lousteau aseguró que todos los sectores políticos son “responsables” de la tensión con que se reviste la discusión pública. Y sugirió que tanto el Gobierno de Cambiemos como el kirchnerismo se benefician de esa situación. No la mencionó, pero se refirió así a la famosa “grieta” política.
Tal vez al sentirse aludido por Lousteau, el diputado Máximo Kirchner reclamó que “nadie se quiera poner en el centro de la escena”. En una de las pocas veces que habló en el recinto en los últimos dos años, el hijo de la ex presidenta Cristina Fernández lamentó además que en su caso nunca tuvo “la suerte de tanta solidaridad” como la que recibió Lousteau en la sesión de ayer.
“No nos volvamos una corporación, que tocan a uno y saltamos todos”, pidió el jefe de La Cámpora, aunque terminó repudiando el hecho. El legislador habló desde la bancada del Frente para la Victoria-PJ, cuyas bancas estuvieron pobladas de cartelitos blancos con la leyenda “Por una Navidad sin presos políticos”. Y reclamó que se comprenda “el fragor de la discusión política”.
Pero difícilmente puedan justificarse las agresiones y los insultos que recibió el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, por parte de diputados kirchneristas el jueves pasado jueves 14, lo que motivó incluso un intento de golpe del propio jefe parlamentario que no llegó a destino. Ese comportamiento que no contribuyó en nada a bajar los niveles de tensión que se espiralizaron.
La izquierda no condenó los hechos de violencia, ni siquiera frente a la evidencia de que uno de sus dirigentes disparó un mortero sobre la Policía.
Y el ex diputado Sergio Massa –apuntado por el Gobierno - dijo que “hay grupos que no creen en el sistema democrático”.
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