El casamiento del tripulante que no pudo ser

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Seguramente que Luis Niz, hace poco más de 3 semanas, imaginaba estar el 7 de diciembre en un registro civil diciéndole sí quiero a su novia Alejandra Morales y empapado de felicidad. Pero el destino no quiso que así sea: Luis es uno de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que está desaparecido desde el pasado 15 de noviembre.

Ayer la pareja -ambos pertenecen a la Armada Argentina- tenía turno para casarse en el Registro Civil de Mar del Plata y había organizado un festejo soñado. Íntimo y sencillo, pero soñado. Sólo faltaban arreglar algunos pequeños detalles, que iban a resolverse cuando él pegara la vuelta de Ushuaia. Pero nunca volvió.

UNA HISTORIA DE AMOR

La historia de Luis y Alejandra comenzó a escribirse en 2012 y tuvo como escenario la Base Naval de Puerto Belgrano, en Punta Alta, provincia de Buenos Aires. Allí se conocieron, se pusieron de novios y empezaron a imaginar cómo sería su vida juntos. Y en ese vuelo imaginario en algo estaban totalmente de acuerdo: en que querían transitarla juntos. Por eso el paso por el Registro Civil que debieron haber dado ayer, tras cinco años de noviazgo, era una forma de cristalizar el gran sueño de formar una familia.

Él, oriundo de San Miguel, era uno de los tripulantes más jóvenes y viajaba a bordo del submarino desaparecido desde hace dos años. Otro dato saliente es que fue el mejor promedio en el curso de submarinista.

Ella, nacida en la ciudad tucumana de Taíi del Valle, es una amante de la música. Por eso se incorporó a la banda de la Armada, donde canalizaba su pasión.

Los dos son los protagonistas de una historia de amor que no pudo completarse. Ayer hubiese sido para ellos el fin de una etapa, y el comienzo de otra que, según contaron amigos y familiares, estaría llena de alegrías.

FUE UN HASTA SIEMPRE

El recorrido que el marino iba a realizar desde Ushuaia hasta la Base Naval de Mar del Plata sería el último en condición de soltero. Incluso cuentan que ella lo despidió con gran alegría aquel 13 de noviembre que partió el San Juan, sin imaginar que sería la última vez que lo vería.

La historia de Luis y Alejandra es una en medio de un caso que en su interior contiene otras 43. Los familiares llevan 22 días sin saber dónde están sus seres queridos y se aferran sólo a la fe. Ya no para hallarlos con vida, sino al menos para saber qué fue lo que pasó con el ARA San Juan en las profundas aguas del Atlántico Sur.

En Mar del Plata está la mamá de Alejandra para contenerla, que viajó desde Tucumán. Pero también están Ester y Sofía, madre y hermana de Luis, respectivamente, quienes llegaron desde Capilla del Señor cargadas de esperanzas de que el marino, tarde o temprano, aparecería con vida. Esperanzas que aún hoy siguen en el fondo del mar.

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