Un peronismo alterado complicaría al Gobierno

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Por MARIANO SPEZZAPRIA
mspezzapria@gmail.com

Pese a que Cristina Kirchner concentró ayer su defensa política en un ataque al presidente Macri y al juez Bonadio –a los que acusó de actuar en sintonía-, no queda claro si al Gobierno le resulta conveniente en este momento del año la discusión sobre el desafuero y la detención de la ex mandataria, porque una acción de esa naturaleza suele abroquelar a la dirigencia peronista.

Ya sucedió en el pasado cuando fue apresado Carlos Menem –en su caso por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador- y ayer hubo algunas muestras de que no sólo el kirchnerismo defenderá a la ex presidenta. De hecho, en la conferencia de prensa estuvieron el titular del PJ, José Luis Gioja, e intendentes del Conurbano que plantean una renovación, como Fernando Gray (Echeverría).

A su vez, el senador Miguel Pichetto –que acaba de inscribir un bloque del PJ del que excluyó a Cristina Kirchner- ya avisó que no cuenten con él para promover el desafuero de la ex mandataria, puesto que no tiene condena firme en ninguna causa. Con esa doctrina, Pichetto mantuvo en la última década a Menem en la Cámara alta, pese a todos los cuestionamientos en su contra.

La negativa del peronismo a tratar el desafuero reclamado por el juez Bonadío va más allá de la rivalidad política entre Cristina Kirchner y Pichetto. Ayer la ex presidenta no se privó de criticar al rionegrino al calificar de “incomprensible” que el PJ y sus aliados” pierdan la condición de bloque mayoritario, como último dique de contención” frente a las reformas que impulsa el Gobierno.

Hasta el momento, Cristina Kirchner venía perdiendo predicamento en el peronismo de una manera ostensible, pero su presente judicial puede alterar los ánimos y complicar el debate legislativo ante una serie de iniciativas que el Gobierno considera fundamentales.

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