Sorprende el auge de parrillas clandestinas en diferentes puntos de la Ciudad
| 14 de Febrero de 2017 | 02:11

Mientras en los últimos años se vinieron reuniendo numerosas evidencias sobre un debilitamiento ostensible de los controles bromatológicos que se realizan en la Región -desde luego que hablando, esencialmente, de revisiones sobre los comercios regulares que los expenden- esta situación de por sí preocupante se está viendo agravada por la proliferación de puestos de venta informales que se advierte en distintos lugares del casco urbano y de la periferia platenses. Ahora, tal como se informó en este diario, numerosas parrillas clandestinas se vinieron instalando en distintos lugares. Se habla, por consiguiente, de lugares de expendio de distintos tipos de carne –en algunos casos, también empanadas y bebidas frías en lata- sin ningún tipo de control bromatológico.
Ante la falta de fútbol los fines de semana, varias parrillas se extendieron a lo largo de la avenida 1 También se ve en la avenida 520 en el tramo que corre desde La Granja a la Ruta 36; a lo largo de la avenida 44 hasta las cercanías del cruce Etcheverry y, asimismo, en el camino Belgrano y Arana, o en la intersección de la 426, por citar sólo algunos ejemplos.
La zona céntrica platense no ha quedado exenta del fenómeno. Así en la avenida 44 en las esquinas de 4 y de 5 funcionan dos parrillas e, incluso, hasta hace poco tiempo se pudo ver un puesto de venta de choripanes en plaza San Martín, a metros de la Casa de Gobierno bonaerense. En realidad, esta realidad no deja de reflejar el verdadero desborde en que ha venido a dar la venta ambulante de numerosos productos en nuestra zona.
Desde el área municipal de Control y Convivencia Ciudadana se admitió la existencia del problema que plantea la venta ambulante ilegal de alimentos en la Ciudad, asegurándose que se intensificaron los controles y el retiro de la vía pública de más de un centenar de puestos. Se advirtió asimismo que, cuando se consumen alimentos que se venden en estos puestos, se corre el riesgo de contraer enfermedades, enfatizándose en que la venta de alimentos en la vía pública se encuentra prohibida.
Los antecedentes reunidos, las recomendaciones médicas que atañen a la higiene debida de los productos alimenticios que se consumen y lo aquí expuesto, circunscripto en este caso a un solo rubro, debieran servir para que las autoridades tomen conciencia acerca de lo mucho que puede y debe hacerse para ajustar los controles sanitarios sobre los alimentos que consume la población y sobre todos aquellos lugares en donde son manipulados.
Al mismo tiempo, las autoridades responsables del área debieran también realizar campañas apropiadas sobre las precauciones que la gente debe adoptar en materia de consumo alimenticio.
Si bien no se conocen estadísticas oficiales actualizadas, se calcula que en la Argentina ocurren unos dos millones de incidentes alimentarios por año, denunciándose pocos años atrás que entre el 40 y el 50 por ciento de la carne que ingresaba a La Plata no pasaba por la verificación bromatológica municipal, aunque ese dato nunca fue confirmado oficialmente.
Lo cierto es que lo complejo del tema, cuya gravedad ha quedado ya debidamente expuesta, exige una evaluación profunda en los más altos niveles. Es imperioso devolver la tranquilidad perdida, en una cuestión de tan obvia sensibilidad.
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