“Soy un 6 de copas”, dice uno de los policías de los sobres

Ariel Huck era jefe de Operaciones en la Departamental. Dice que nunca vio dinero allí y que Jurado “murió de tristeza”

“Soy un 4 de copas; o mejor un 6”, dice Ariel Huck, en referencia a que llegó a jefe de Operaciones de la Departamental La Plata, aunque en la jerarquía no pasó de ser un oficial subalterno. Esa era su posición el 1 de abril del año pasado, cuando en una inspección a las oficinas de 12 entre 60 y 61 Asuntos Internos secuestró 36 sobres con 153.700 pesos.

Para el fiscal Marcelo Martini y la jueza Marcela Garmendia, ese dinero lo recaudaban las comisarías de la Región para dar protección a actividades ilegales. Y por esa causa detuvieron a nueve jefes, entre ellos, a Huck. El y otros siete (Federico Jurado murió en la Unidad 9) salieron libres el 24 de enero, excarcelados por la Sala V de Feria de Casación.

“Estoy mal”, arranca Huck la entrevista con este diario, flanqueado por su abogado defensor Oscar Salas. A lo largo de la charla dirá que nunca vio sobres con dinero en “el año y medio que trabajé en la Departamental”; que tuvo que cambiar “de jardín a mi hijo de 4 años y mi mujer, que es policía, cambió de destino por la vergüenza”; y que, básicamente, no entiende “por qué se ensañaron conmigo”.

EL DIA 1

Huck recuerda que el día de la inspección “yo no estaba ahí”, sino con (el jefe de la Departamental, Darío) Camerini en el ministerio de Seguridad. Nos avisaron que había una inspección, bajamos, fui a mi oficina y como no había nadie, fui a la guardia”. Cuenta que allí vio a “dos testigos que había traído Asuntos Internos y que dejaron afuera de la oficina (donde se hacía la inspección), durante 40 minutos o una hora. Los hicieron entrar después de que supuestamente encontraron todo”.

Huck insiste en que la oficina del ex secretario Walter Skramowskyj, donde secuestraron los sobres, “estaban los de Asuntos Internos, Skramowsky y otra chica, que entraban y salían”. Su abogado tercia entonces para aclarar que por eso “desconocemos la existencia de la plata; porque la cadena de custodia se perdió y el acto es nulo”.

Más allá de este debate, los sobres con dinero estaban. “Yo jamás vi movimientos raros”, aporta Huck, “sobres sí, miles, porque la gente de comisaría los manda permanentemente con información, y como los insumos son mínimos, los guardamos y reciclamos, para volverlos a usar”. Insiste en que “todos (los sobres) vienen con nombre”, pero que, entre los que figuran en la causa, ninguno lleva su apellido. “Hay uno que dice Ariel y otros que dicen Operaciones, donde trabajábamos entre 15 y 20 personas”, refiere, resaltando que, por eso mismo, “no entiendo qué hago en esta causa”.

Huck fue desafectado de la fuerza un par de días después y quedó detenido el 24 de noviembre, igual que Camerini; su segundo, Roberto Carballo; Skramowskyj; Jurado y los comisarios Sebastián Cuenca (Tercera), Raúl Frare (Decimosegunda), Sebastián Velázquez (Segunda) y Julio Sáenz (Sexta).

“Declaré ante Asuntos Internos después de pedirlo tres veces y una por escrito. También lo hice ante el fiscal y siempre dije lo mismo. Trabajaba patio de por medio de la oficina de guardia y de la Secretaría. Si esos sobres estaban ahí, cosa que dudo, yo no los recibí”.

La denuncia anónima que dio pie a la causa refería que el dinero ilegal se entregaba el primero de cada mes, pero Huck aclara que “el 1 y el 15 se entregaban los cumplimientos estadísticos que pide el ministerio de Seguridad”, lo que explicaría la entrada y salida permanente de efectivos que filmaron los investigadores.

Salas intercede para aportar que “es una causa ridícula dirigida a perjudicar a policías de lujo”, e ironiza, “¿153 mil pesos para repartir entre jueces y jefes? ¿cuánto le tocaba a cada uno?”.

Por último Huck cuenta que al momento de su detención “llevaba 18 años en la fuerza. Siempre trabajé en comisarías, como jefe de calle, metiendo gente presa. Lo que más me duele es que digan que transé con la falopa o con prostitutas, cuando no tengo una sola denuncia en mi carrera”. Para reforzar este argumento cuenta que tiene “una casa que hice renovando dos veces el crédito del banco Provincia, un Ford Ka que pagué en 84 cuotas y un Renault 11 modelo ‘87 que tuve que vender la semana pasada”. Huck pasó dos semanas detenido en la Unidad 9, igual que Jurado, a quien no cree que hayan matado, como sostienen los abogados que lo representaban. “Murió de tristeza, como podría haber muerto yo”, dice.

Cuando se le pregunta si pone las manos en el fuego por sus compañeros de causa, Huck asegura: “Camerini es el mejor jefe que tuve y jamás vi plata. Eso es lo que yo se”.

Antes de terminar la entrevista admite estar en crisis con la fuerza. “¿Si volvería a trabajar en Policía.. la verdad, no lo se”.

 

“Una interna”
Oscar Salas, que defiende a 5 de los acusados, adjudica esta causa a una “interna policial”, porque Darío Camerini “sonaba para jefe de Policía”. Asegura que “estos comisarios son pobres” y acusa al fiscal de “presionarlos con un encierro injusto”, que denunciará “ante Derechos Humanos”
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