El trío de la CGT: una cúpula en apuros

Estaban listos para ser los líderes de la primera protesta masiva contra el gobierno de Mauricio Macri. Terminaron en medio de corridas, incidentes y tumultos que le pusieron a esa masiva movilización un broche escandaloso.

Los miembros del triunvirato que conduce la CGT han quedado en una incómoda situación política.

Apodado el ‘hombre invisible‘, Acuña siempre fue hombre de Barrionuevo. Y esa fidelidad al gastronómico le permitió saltar de la arena sindical a la política partidaria

Conviene recordar, en principio, que dos de los tres líderes de la CGT (Héctor Daer y Carlos Acuña) son legisladores del Frente Renovador. Es decir, es tropa que responde a Sergio Massa. Es un dato para la interna del peronismo.

Daer pertenece al gremio de la Sanidad, y el legislador bonaerense Carlos Acuña es referente del personal de estaciones de servicio. La tercera pata del triunvirato es el moyanista Juan Carlos Schmid, del sindicato de Dragado y Balizamiento. Los tres llegaron a la cima de la CGT tras un acuerdo entre las tres vertientes en las que estuvo dividida la central: la CGT Azopardo (que lideraba Hugo Moyano), la CGT Oficial (conducida por Antonio Caló) y Azul y Blanca (de Luis Barrionuevo ).

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Daer es el líder del gremio de la Sanidad de Buenos Aires desde hace 16 años. Su hermano Rodolfo, referente histórico de Alimentación, encabezó la CGT desde 1996 a 2002. Surgió bajo el ala de Carlos West Ocampo, uno de los referentes de “Los Gordos” (grandes gremios de servicios). Pero más allá de los antecedentes, hubo dos hechos recientes que reposicionaron a Daer: se rebeló a Massa, su jefe político, y votó a favor de la ley antidespidos sin modificaciones. Mostró autonomía, además de haber trabajado codo a codo con otros legisladores de extracción sindical, como Oscar Romero y Omar Plaini, para presionar al Gobierno por las bajas laborales. El otro hecho que le subió las acciones a Daer fue su estratégica intervención legislativa para que las obras sociales sindicales quedaran exentas de los alcances del proyecto oficialista de Acceso a la Información Pública. Sugirió una modificación semántica en la iniciativa que blinda aún más la caja sindical de la salud. “No es un aporte público, es un aporte gremial”, argumentó sobre el dinero que manejan las prestadoras.

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Schmid es el líder de Dragado y Balizamiento desde 1997. Al portuario le atribuyen como logro reciente la reconstrucción de la poderosa alianza de gremios del transporte, un paso clave que aceleró las negociaciones por la CGT. Militó codo a codo con Moyano desde el influyente Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), un brazo sindical que se opuso a las privatizaciones y a las políticas económicas durante los 90. Vive en Rosario, pero de lunes a viernes su actividad es en Buenos Aires. Conserva un rasgo distintivo entre tanta ostentación sindical: se mueve por la ciudad en transporte público, en subte o en taxi, preferentemente.

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Carlos Acuña es el secretario general del gremio de estaciones de servicio desde 2006 y diputado provincial del massismo. Siguió a Barrionuevo cuando el gastronómico rompió la CGT y creó en 2008 un sello propio: la Azul y Blanca. Ofició siempre de vocero de la central barrionuevista. De los tres nuevos jefes cegetistas es el que cultiva un perfil más bajo. Como sucedió con Daer y Schmid, hubo un puñado de gremios que impugnó su designación. Sin embargo, primó el dedo de los jefes salientes y Barrionuevo lo mantuvo como su representante en la cima.

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Algunos han sido ecluidos de esta conducción tripartita. El titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre), Gerónimo “Momo” Venegas, alineado con Macri, tenía la ambición de integrar el triunvirato y de convertirse en un interlocutor entre el Gobierno y la nueva CGT. Al quedar desplazado, se alejó del espacio.

“Quieren utilizar la CGT como oposición al Gobierno, pero tiene que defender los intereses de los trabajadores, no los intereses políticos de sectores”, dijo Venegas. “Lo que se ha hecho es una CGT massista, pero tiene que ser pluralista. No hay que hacer política con la CGT”, agregó el titular del gremio de peones rurales. Y consideró que con Macri “los trabajadores están mejor, hay que dar empleo a los desocupados que generó el gobierno anterior; fueron 12 años de fabricar pobres, indigentes e inseguridad”.

Nacido en Rosario, Schmid tripuló bajo distintas categorías buques areneros, de pesca, remolcadores de puerto, dragas y balizadores. En 1992 obtuvo el título de Capitán Fluvial

Otro sector que se excluyó de la unidad es el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), un grupo de gremios alejado tanto de la CGT oficial como de la de Moyano y que lidera el taxista Oscar Viviani.

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El triunvirato de la CGT busca reposicionarse y retomar la iniciativa después del escándalo de esta semana. Probablemente anuncie en los próximos días la fecha del primer paro nacional contra Mauricio Macri. Sin embargo, las divisiones del peronismo, los desacuerdos y los pases de facturas dentro de la propia CGT y la escena de un palco tomado y fuera de control, parecen haber puesto al triunvirato en la cuerda floja.