Caso Nuñez: declaró el policía, culpó a un juez y a su ex jefe
Edición Impresa | 17 de Marzo de 2017 | 04:10

El ex comisario de la Policía bonaerense, Luis Ponce (65), prófugo de la Justicia durante 22 años, por la tortura y asesinato del albañil de Ensenada, Andrés Nuñez (30), reconoció ayer ante el Tribunal que lo juzga en audiencia oral y pública, que sabía que el joven había muerto en la Brigada La Plata, luego de una sesión de tormentos físicos, y que no hizo nada al respecto porque “le tenía miedo a su jefe y al juez Amílcar Vara, que había dado la orden de hacer desaparecer el cuerpo”.
Luego de la declaración de todos los testigos, el imputado cargó las tintas contra el ex jefe de la Brigada, el por entonces comisario inspector Pedro Costilla, y contra el ya fallecido Vara, quien como se sabe fue destituido de su cargo por este y otros casos parecidos, como el de Miguel Bru, el joven estudiante de periodismo desaparecido en 1992, cuyo cuerpo nunca fue hallado, y por el que tienen perpetua varios ex policías bonaerenses.
Ante preguntas del presidente del Tribunal, el juez Claudio Bernard, el imputado reconoció que el hecho existió, y que no pudo hacer nada porque le “tenia miedo” al citado juez y a su jefe Costilla.
El magistrado también le preguntó porque estuvo tantos años prófugo y si no sabía que el juez Vara había sido destituido.
El imputado dijo que no tenía garantías para presentarse ante la Justicia.
Ponce contó que el fue durante 25 años policía y que tuvo una conducta “intachable”, pero que se vio envuelto en este caso y se le terminó la carrera.
Sobre el tiempo prófugo, dijo que como habían pasado tantos años pensaba que no lo iban a buscar más.
Como se sabe, esto no fue así, por una casualidad.
La Policía Federal buscaba a un militar de apellido Peralta por crímenes de lesa humanidad. Había 100.000 pesos de recompensa.
Ponce tuvo la mala idea de hacerse un documento falso con apellido Peralta, ya que eso alertó a la autoridades, que comenzaron a buscarlo por equivocación, lo pararon en la ruta que va de Junín de los Andes hasta Bariloche, y luego de un intento de fuga, que incluyó disparos y heridas en la una pierna y una mano, fue detenido.
Luego los federales se enteraron que en realidad Peralta no era el buscado con recompensa, y que se trataba de Ponce, el prófugo durante 22 años por el caso Núñez.
En este juicio, también declararon esta semana las ex mujeres de otros dos ex policías condenados por este caso a perpetua.
“Nos mandamos una cagada....Se nos quedó, tuvimos que cortarlo y quemarlo”, recordaron que dijeron sus esposos, en la tercera jornada del proceso.
Las dos testigos de anteayer recordaron que aquel 28 de septiembre de 1990, sus maridos, los ex suboficiales José Ramos y Alfredo González, que trabajaban en la Brigada de 61 entre 12 y 13, hicieron referencia al episodio.
La mujer de Ramos recordó que su marido llegó alcoholizado y le dijo: “Se nos quedó, lo tuvimos que hacer, cortarlo y quemarlo”.
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