Un proyecto que nació por desesperación

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La desesperación de una madre por ver que su hija de 16 meses necesitaba la luz para vivir y que sufría continuos cortes que la obligaban a “estar con un ojo abierto y otro cerrado” por las noches, pendiente de las alarmas de los aparatos a los que estaba conectada, fue lo que originó la ley que protege a los electrodependientes aprobada ayer por la Cámara de Diputados.

Se trata de Mariela Duarte Vinelli, quien un año atrás recibía la noticia de parte de la firma Edenor que no le iba a proveer un grupo electrógeno pese a los cortes de energía constantes que hacían peligrar la vida de su pequeña hija Caterina.

La nena, que hoy tiene dos años, nació prematura, lo que le provocó falta de deglución, hipotonía, displasia pulmonar, una traqueotomía y un botón gástrico, y necesitaba estar conectada a aparatos eléctricos para vivir.

La madre se enfrentó con la fría respuesta de la empresa que le negaba ese grupo electrógeno y la conminaba a internar a Caterina en un hospital cada vez que había un corte, solución inviable por los costos y los riesgos que ello implicaba para la salud de su hija.

Luego de varios llamados y ruegos y tras iniciar un grupo en Facebook llamado “Electrodependientes” y una petición en la plataforma Change.org bajo la consigna #LuzparaCaterina, Edenor accedió a otorgarle un grupo electrógeno. Pero Mariela no se quedó y quiso que ninguna otra persona padeciera lo mismo, por lo que al notar la ausencia de una normativa nacional, bregó para el ingreso al Congreso de un proyecto que protegiera a todos los electrodependientes del país.

 

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