Fallan los controles que deben garantizar una presencia segura de perros en la vía pública

El brutal ataque ocurrido en el distrito de Tigre de un perro pitbull en perjuicio de un beba de 9 meses que se encuentra en grave estado no sólo se inscribe en una larga lista de antecedentes similares, sino que obliga a reabrir la polémica y los análisis referidos a la razas consideradas peligrosas, a la vez que deja traslucir que, a pesar de que existen normas que así lo prescriben, no existen registros ni controles sobre este tipo de animales.

Tal como se informó, el nuevo caso dejó a una beba internada en grave estado en un centro asistencial de Grand Bourg, donde las autoridades médicas precisaron que, tras el ataque del animal -que pertenecería a un familiar de la nena- la criatura sufrió fractura expuesta de huesos de la cara, mordeduras en el rostro, desplazamiento de la mandíbula y lesiones en el cuello.

Como se sabe, no es la primera vez que un perro de esa raza ataca a un chico. En junio pasado, también un pitbull atacó a una nena de 6 años y le provocó lesiones tan graves en la cara y el cráneo que la nena murió antes de llegar a un sanatorio de Caseros. El animal era el perro de la casa y atacó a la menor en un momento que se había quedado sola junto a su hermana y mientras el padre salía de la casa con la tercera de sus hijas.

Con toda razonabilidad, el presidente del Colegio de Veterinarios bonaerense sostuvo que la sociedad se maneja de manera espasmódica: cuando hay un caso resonante, dijo, se vuelve a hablar del problema pero después la gente se olvida. Agregó que la ley fue aprobada, aunque hasta el momento no se reglamentó.

Tampoco se trata de estigmatizar a una raza, sino a instar a las autoridades a que vuelvan efectiva la legislación que regula la permanencia de animales en la vía pública. A su vez, la Provincia aprobó en 2010, pero hasta el momento no reglamentó, una ley sobre animales potencialmente peligrosos, en la que figuran un total de 37 razas, entre ellas los pitbull terrier, staffordshire bull terrier, american staffordshire terrier, dogo argentino, fila brasileño, tosa inu, akita inu, doberman y rottweiler.

Sea como sea, la presencia de perros en las playas del Río de la Plata o en las atlánticas no deja de generar ataques y mordeduras a los bañistas, sino que también preocupa la alta incidencia en las arenas de la toxocarosis, una parasitosis transmitida por la materia fecal de los perros. A su vez, en algunos balnearios se llegó a registrar en una temporada 411 casos de mordeduras que involucraron tanto a animales callejeros como con dueño. Sobre esa base, la Fiscalía de Estado bonaerense decidió impulsar medidas, para evitar eventuales juicios al Estado. Y les solicitó a los intendentes de Mar del Plata, Villa Gesell, Pinamar y Partido de la Costa promover ordenanzas que prohibieran el ingreso de perros, ya sea sueltos o con correas, a sus playas. En nuestra zona es común ver gente paseando con perros en varios paseos, entre ellos la República de los Niños.

Lejos de resultar una cuestión menor, se trata de una problemática vinculada a la salud y a la integridad física de las personas. Lo cierto es que la presencia de animales en la vía pública exige una muy precisa regulación y el cumplimiento de las normas que se sancionen. Cabe esperar, entonces, que la preocupación que el tema despierta en la población se extienda a todos los ámbitos y organismos estatales que puedan tener incumbencia en la materia.