“Nada cambió” en los tribunales

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Risas. Eso se escucha cada vez que a un funcionario judicial, o a uno de los abogados que desfilan por los juzgados y las fiscalías de 7 entre 56 y 57 si se reforzó la seguridad en ese edificio después de lo que pasó el miércoles con Fernando Cartasegna. “Nada cambió”, resumen.

“Sí, pusieron custodia, pero para evitar que entren los periodistas”, dijo uno de ellos 24 horas después del incidente. Ayer a la mañana, el detector de metales instalado en la entrada a los juzgados de la calle 8 aparecía como se aprecia en la foto: desenchufado.

El que se ve en el acceso de la avenida 7 tampoco cumple con su función. “Lo trajeron hace como siete años, tiene hasta un molinete, pero no anduvo nunca”, confirmó ayer a este diario una alta funcionaria judicial.

Mientras tanto, en la guardia continúan los agentes retirados del Servicio Penitenciario Bonaerense que designó hace muchos años el ex ministro Ricardo Casal, cuando decidieron sacar de las dependencias judiciales a los policías que las custodiaban, para reforzar la seguridad en las calles. Es evidente que algo falló.

En la rueda de prensa que se improvisó el miércoles pasado, el procurador Julio Conte Grand indicó que “hay cámaras perimetrales en el edificio”.

Fuentes que trabajan allí lo desmintieron. “Puede que haya algunas en el portón por donde ingresan los detenidos”, admitieron, pero no se mostraron seguros de que funcionen. Las fiscales Medina y Lacki ya pidieron el material de las que haya, y anden.

 

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