Chaparrones anegaron las calles de la Región y generaron trastornos

Cayeron más de 50 milímetros en la tarde de ayer

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Calles y algunas veredas anegadas, desbordes cloacales y vecinos en estado de alerta fueron ayer el saldo de una tormenta que en pocas horas descargó sobre la región el 75 por ciento de la lluvia prevista para todo el mes. La intensidad de las precipitaciones, que superó los pronósticos, activó los protocolos de gestión de riesgo de la Comuna y de Hidráulica provincial que trabajó para liberar en su totalidad los cauces de los arroyos reducidos por la ejecución de obras.

El mayor impacto se vivió en la periferia del casco histórico platense, en sectores de Ringuelet -9 y 515-, Villa Elvira -73 entre 4 y 5, 122 entre 83 y 84- y San Carlos y Berisso, donde el eje céntrico de avenida Montevideo y sus transversales acumuló generosas cantidades de agua.

En las localidades de Hernández, Altos de San Lorenzo, Las Quintas y Villa Montoro, cuadras sin pavimentar y esquinas con escaso drenaje quedaron virtualmente intransitables; y lo mismo ocurrió en tramos del camino Centenario. En el Belgrano, la mano que históricamente se inunda volvió a quedar fuera de combate, estrechando aún más la superficie de una vía de por sí angosta.

“VERANITO” Y DILUVIO

Después de una mañana primaveral, con temperaturas que alcanzaron los 24 grados, la presión atmosférica cayó en picada y poco antes de las tres, con una fuerte actividad eléctrica como marco, se largó a llover.

Cuatro horas después, en algunas zonas los pluviómetros marcaban más de 50 milímetros; de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, el promedio histórico para el mes de mayo completo ronda los 74 milímetros; otros estudios lo ubican en 83. Al cierre de esta edición, los registros de la estación meteorológica automática del Observatorio local daban cuenta de la caída de 60 milímetros.

“En la mayoría de los barrios, la lluvia superó los cálculos previos, que la situaban en torno a los 40 milímetros” explicó Rodrigo Páez, subsecretario municipal de Gestión del Riesgo: “afortunadamente, la tormenta se dio en ciclos, con chaparrones fuertes seguidos por momentos que permitieron el escurrimiento del sistema pluvial”.

En la sección del arroyo El Gato que atraviesa Ringuelet, entre avenida 7 y el camino Parque Centenario, la cota que alcanzaron las aguas generó preocupación entre los vecinos; a la altura de calle 9, donde está la desembocadura del entubamiento del arroyo Pérez, se desarrolló una vigilia llena de tensión.

El desarrollo de obras hidráulicas en ese lugar, precisamente para evitar inundaciones, obliga a los constructores a erigir diques secos y desviar las aguas, pero cuando llueve como ocurrió ayer estos tabiques son removidos.

DESBORDES CLOACALES

Los fuertes chaparrones provocaron el colapso de cámaras cloacales en Los Hornos y Ringuelet, entre otros barrios y localidades.

En 142 entre 61 y 62, se reiteró una pesadilla reciente. “Hace diez días, con una lluvia fuerte, se nos llenaron las casas con aguas servidas” recordó Elvira Racetti, al borde del llanto: “tengo 87 años y ahora estoy de nuevo con un secador empujando esta porquería para que no me invada toda la casa mientras ABSA no hace nada”.

En similares términos se expresó Adela Del Campo. Y Mónica Vidal, de 515 entre 8 y 9, señaló que “nos brota el agua de las rejillas cada vez que llueve; hicimos un montón de reclamos, pero la empresa no nos da ninguna solución, ni siquiera mandan a destapar”.

 

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