Gimnasia tocó fondo, en una noche para el olvido

La gente explotó contra los jugadores y terminó aplaudiendo a los de Defensores de Villa Ramallo

Edición Impresa

Por WALTER EPISCOPO

¿Se puede estar peor? ¿Se puede fallar tanto? Gimnasia perdió anoche 1 a 0 ante Defensores de Belgrano de Villa Ramallo (elenco del Federal “A”), que con un jugador menos, le jugó de igual a igual, y lo eliminó de la Copa Argentina en 32avos. de final. Y la importante cantidad de gente que en una noche fría fue hasta la cancha de Banfield (y pagó 300 pesos una entrada) explotó y terminó cantando “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Ya con los futbolistas albiazules en vestuarios, la parcialidad albiazul le brindó un gran aplauso al ramillete de futbolistas que abrazados saltaban festejando.

Los mens sana no tuvieron la puntería necesaria para concretar sus chances de gol, pero lo más preocupante fue la pobre actuación que mostraron. Con ganas y prolijidad, el Granate de Villa Ramallo se lo ganó 1-0, y estuvo cerca del segundo sobre el final cuando Gimnasia desesperado atacaba, pero Fabián Rinaudo en la línea lo evitó.

Comienzo frío en el “Florencio Sola”. En un campo de juego en muy mal estado, le costaba a los protagonistas hacer pie. El Lobo tenía la iniciativa, pero no podía cerrar bien las jugadas ante el elenco Granate que buscó cerrarse bien atrás, esperando salir de contragolpe.

Chirola Romero intentaba hacerse de la pelota y abastecer a los delanteros, Alemán se mostrava movedizo pero no siempre encontraba el socio ideal. Y después de varias aproximaciones que empezaron bien y se desvanecieron (una de Imperiale por ejemplo, que no llegó a conectar tras un centro), la más clara para los albiazules llegó a los 25 minutos, cuando Ibáñez se escapó por derecha y cuando le salió el arquero Dobboletta, la tocó cruzado por arriba, y la pelota pasó por adelante del arco y se perdió cerca del poste derecho.

Un primer tiempo que fue malo, aburrido. Los Triperos atacando hacia donde estaba toda su gente, apenas si tuvieron un cabezazo de Ibáñez y un centro de Alemán que complicó a la defensa del Grana.

Demasiado poco para tanta expectativa que había en las tribunas, por que el Lobo llevó una importante cantidad de gente, y desde Villa Ramallo se vinieron unos cuantos para poder estar en este debut y aportaron su colorido.

La etapa inicial se fue sin pena ni gloria. Totalmente olvidable.

Buscando una reacción y más vértigo, Martini mandó a la cancha al Enano Niell por el pibe Ramírez que no tuvo una buena noche. Empezó moviendo la pelota en el medio Gimnasia, y a los dos minutos en el primer ataque a fondo, remate de Imperiale que da en el poste derecho y en el rebote Chirola que define afuera.

Enseguida, el árbitro Paletta expulsó a Ponce por un codazo a Imperiale. El partido quedaba abierto para Gimnasia que había salido decidido a atacar y asumiendo el protagonismo, y encima con un hombre más.

Mientras tanto, Defensores llegó hasta Martín Arias con dos remates desde afuera del área del punta Matías Nouet (uno de tiro libre), que controló sin problemas el arquero albiazul.

Se jugaba en territorio de Villa Ramallo, el Lobo rodeaba el área pero no lograba entrar con profundidad. A los 11 minutos un centro de Licht que no alcanzó a conectar Bonifacio, arrancó el uuuhhh!!! del Triperío. La gente se entusiasmaba con ver algo más, pero los de Martini se quedaban en intentos y terminaban con remates de media distancia de Licht.

Los minutos pasaban y el negocio era para el conjunto Granate que apuntaba a llegar a los penales. Iban 25 minutos y Gimnasia no podía quebrar el cero, a pesar del buen centro de Niell desde la izquierda para Bonifacio que le dió como vino, y la tiró afuera.

Ya con los cambios realizados por ambos bancos buscando llegar bien al final, la sorpresa de la noche llegó a los 34 minutos tras un bombazo desde afuera del área de Pablo Saucedo que había entrado un rato antes, y que se clavó en el ángulo izquierdo de Martín Arias que voló pero no pudo llegar. Un gol de otro partido y el 1-0 para Defensores.

A partir de ese momento el nerviosismo se apoderó de Gimnasia. Desde la cabecera albiazul la reprobación de la gente pidiendo “que pongan huevos”. Con uno menos, Defensores ahora hacía correr la pelota y jugaba con la desesperación mens sana que iba para adelante con más ganas que ideas. Y así desperdiciaron chances Guanini, Mazzola y Alemán.

El arquero Dobboletta empezó a mostrar seguridad y a sostener el cero en su arco, mientras Gimnasia veïa como se esfumaba el partido.

Con el final, los silbidos se multiplicaron, y también el cántico “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, hiriente y doloroso para muchos que dieron todo, pero ya no alcanza ni para ganarle a un equipo de varias categorías menos y con un hombre más.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE