Apedrearon un colectivo repleto de chicos en la bajada de la Autopista
Edición Impresa | 11 de Junio de 2017 | 04:03

“Esta es la autopista más cara del país. Yo pago 120 pesos para ir a Buenos Aires, pero ellos no invierten en seguridad”, lamentó Gerardo Ziromsky, convencido de que “los que sufrimos somos siempre los mismos”.
Tiene bronca, y motivos no le faltan. En las primeras horas de la tarde de ayer conducía un colectivo por la Autopista La Plata -Buenos Aires, cuando un estruendo lo dejó helado. No tardó en reconocer que se trataba de un nuevo ataque a pedradas, modalidad recurrente en esa autovía, con una finalidad que nunca está del todo clara. ¿Lo hacen para robar o por puro vandalismo? Importa poco, considerando que las consecuencias pueden ser fatales.
El micro que manejaba Ziromsky iba cargado de chicos de entre 6 y 16 años que volvían de participar de un torneo de natación. Por suerte, los daños fueron sólo materiales.
“Fue a 200 metros de la bajada de la Autopista”, indicó el responsable de “Hermoso Turismo”, la empresa a la que pertenece el micro que fue atacado a las 15.45, en un episodio que Ziromsky calificó de “sorpresivo”.
“Fueron tres piedrazos”, refirió, dando cuenta de que “el más grande me rompió el vidrio de la puerta, otro me rajó el parabrisas y el tercero dobló la chapa de aluminio de la carrocería”.
Recordó el hombre que escuchó “un estruendo como si hubiera sido una explosión” en esa unidad en la que viajaban 42 chicos, además del coordinador y los padres.
“Yo paré sobre la autopista para cerciorarme de que no hubiera heridos y revisar el micro, hasta que vino la Policía y me dijo que bajara (de la autovía) porque me lo iban a romper todo”, contó el damnificado.
No está de más aclarar que el incidente ocurrió a unos pocos metros de donde hay patrulleros apostados para evitar este tipo de episodios.
“es parte de la inseguridad”
Ziromsky comentó que, a pesar del susto, “todos los chicos se portaron muy bien, estaban sorprendidos y nadie hablaba”.
De los autores de la agresión nada se sabe, aunque “algunos padres vieron a las personas que tiraron las piedras y me dijeron que no eran tan chicos”, apuntó Ziromsky.
El hombre presume que esta modalidad “es parte de la inseguridad, porque no creo que vayan a tirar piedras con la única intención de romper. Tiran, te paran, te roban y se meten en las casas que están cerca de la bajada”.
Pero lo que más inquieta al damnificado son las consecuencias que pudo tener esta historia: “Imaginate si me llega a estallar el vidrio, yo pego un volantazo y el micro (de dos pisos) vuelca”, reflexionó. Y reconoció que lo indigna que “esto sea frecuente. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que haya una tragedia”.
Hace una semana hubo un ataque contra un micro Plaza, en el mismo lugar, también sin heridos.
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