Criminales de guerra refugiados en Argentina
Edición Impresa | 22 de Junio de 2017 | 01:57

Se cree que alrededor de un centenar de criminales de guerra nazis ingresaron a nuestro país tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo a los datos manejados por la Comisión de Esclarecimiento de Actividades Nazis.
Los investigadores creen que este ingreso se produjo en dos oleadas, una producida antes de que terminara la guerra, en marzo de 1945 y a través de submarinos. La segunda, más laxa, se habría extendido entre 1946 y 1950.
Adolf Eichmann fue uno de ellos. Ideólogo de la “solución final”, Eichmann llegó en 1950 con documentación falsa, trabajó en una automotriz y se radicó en la zona norte. En 1960 fue localizado por un comando del Mossad que lo trasladó a Israel, donde fue juzgado y condenado a muerte.
Joreph Mengele, médico, antropólogo y oficial alemán de las SS que se desempeñó en el campo de concentración de Auschwitz, donde seleccionaba a las víctimas que iban a morir en la cámara de gas y hacía experimentos con los prisioneros, entró al país en barco en 1949 y también se radicó en la zona norte, donde trabajó como carpintero. Más tarde escapó a Paraguay y posteriormente a Brasil, donde murió de un infarto cerebral mientras nadaba.
Otro de los jerarcas nazis que llegó a la Argentina fue Martin Bormann, quien fue secretario privado de Hitler. Si bien sus restos fueron hallados en Berlín en 1972, se cree que estuvo en la Argentina, oculto en Misiones.
Erich Priebke, oficial de las SS que participó de la masacre de las fosas Ardeatinas, en Roma, donde murieron presos políticos italianos y judíos elegidos al azar, se refugió con su familia en la Argentina y se radicó en Bariloche. Descubierto en 1995, fue enviado a Italia, donde quedó bajo arresto domiciliario hasta su muerte. Entre los nazis detectados en el país también se cuentan Josef Schwamberger, Walter Kutschmann y Eduard Roschmann.
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