Pánico en Nueva York por un ataque dentro de un hospital

El agresor era un médico que trabajó en el centro de salud

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NUEVA YORK.- Un médico desató ayer el pánico dentro de un hospital de Nueva York al hacer múltiples disparos que causaron un muerto y seis heridos antes de suicidarse de un tiro con el fusil de asalto que utilizó para el ataque.

El atacante, quien fue identificado por medios de comunicación como Henry Bello, de 45 años, fue un antiguo empleado del hospital que según algunas fuentes hace dos años renunció y según otros informantes, había sido despedido de ese centro médico, al que regresó ayer para desencadenar el caos.

“Gracias a Dios no fue un acto de terrorismo”, afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en declaraciones a los periodistas frente al lugar del tiroteo, el hospital Bronx-Lebanon, en el distrito del Bronx.

Con una información que hasta anoche era considerada como “preliminar”, las autoridades reconstruyeron el tiroteo, que afectó a varias plantas del hospital.

Según los testimonios recogidos en el lugar, varias unidades tuvieron que ser desalojadas para intentar contener al autor de los disparos.

El atacante, armado con un fusil de asalto, entró al hospital minutos antes de las tres de la tarde y, vestido con una bata blanca, se dirigió al piso 17 del edificio, donde comenzó a disparar.

Las balas causaron la muerte de una doctora que no fue identificada, además de cinco heridos graves y uno con lesiones menos severas que recibió un tiro en la pierna, según informó el jefe de la Policía de Nueva York, James O’Neill.

“LUCHAN POR SU VIDA”

“Ha muerto un doctor y varios más están luchando por su vida”, dijo el alcalde de Nueva York en declaraciones a los periodistas, sin que se permitieran preguntas para conocer detalles adicionales de los hechos.

El atacante fue encontrado muerto en el piso 17 del edificio por una herida de bala que, según O’Neill, se cree que se causó él mismo.

“El autor de los disparos se disparó a sí mismo no sin antes causar daños horribles”, afirmó el alcalde.

Al parecer, el atacante intentó generar un fuego dentro del edificio, pero los dispositivos del sistema contra incendios lo anuló.

Pero ese intento obligó a los equipos de bomberos a actuar dentro del hospital junto con los agentes policiales.

“Se pasó de las actividades normales (de un hospital) al horror en cuestión de segundos”, dijo el alcalde neoyorquino.

La alerta por este suceso se extendió rápidamente por la ciudad por el temor de que se tratara de un atentado terrorista.

A pesar de que son frecuentes los tiroteos en Nueva York, el hecho de que los disparos fueran hechos con un fusil de asalto y sin razón aparente desató todas las alarmas.

Testigos consultados por Efe relataron las escenas de pánico que se produjeron durante el ataque.

Uno de ellos, Miguel Mercado, que había llegado al hospital y estaba esperando que le hicieran una resonancia magnética, se apercibió de la inesperada llegada de policías y la enfermera que lo atendía pidió que desalojara el hospital. “Cuando llegué al segundo piso vi que había sangre en el piso y gran cantidad de agua”, relató. “Nos sacaron a todos a la calle”, dijo el paciente.

El sistema del hospital alertó inmediatamente con la “código plata”, que indica que en el interior del edificio había una persona armada, lo que obligó a extremar medidas de seguridad y a desalojar determinadas unidades.

“Una enfermera me dijo: ‘Quédese quieta que hay un hombre disparando’”, dijo Raquel Cotto, quien estaba en una unidad pediátrica del primer piso del hospital, acompañada de su nieta. “Escuché la alarma de incendio y luego llegó la policía y fue revisando cuarto por cuarto”, agregó Cotto. (EFE)

 

Mil camas
El hospital de 120 años de existencia tiene casi 1.000 camas distribuidas en varias unidades. Su sala de atención de emergencias está entre las más activas de la ciudad de Nueva York. El hospital se ubica aproximadamente 2,6 kilómetros al norte del Yankee Stadium.

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