La gran experiencia solidaria de un maratonista argentino en Africa: "mi objetivo no es ganar"

El ultramaratonista argentino Sebastián Armenault regresó de su viaje por África, donde corrió con  fines solidarios la Racing Madagascar, una carrera de 150  kilómetros y seis días, y estuvo junto al sacerdote Pedro Opeka, que  trabaja desde hace 48 años para los pobres en aquel país africano y que  ha sido propuesto varias veces para el Premio Nobel de la Paz.    

"Allá es Dios. Había 3.000 personas y, la verdad, quedé  impactado con su humildad, con el mensaje y con cada abrazo que les da a  esos nenes, transmitiendo cariño, fuerza y esperanza. Estamos  hablando de alguien que se calcula que ha rescatado a más de 100.000  personas de la extrema pobreza", relató emocionado el atleta.    

Armenault, de 50 años, recorre el mundo participando de  pruebas extremas y suma donaciones por cada kilómetro recorrido, por lo  que los resultados deportivos siempre quedan en último lugar.    

"Mi objetivo no es ganar la carrera. De hecho, casi siempre  salgo entre los últimos puestos. Parece raro en esta sociedad  exitista, en la que sólo importan las medallas, los trofeos. Pero mi  triunfo es superarme y ayudar. Lo importante es sumar donaciones, así  me siento campeón del mundo", manifestó.    

Aseguró que los kilómetros recorridos fueron "duros, seguro,  pero muy reconfortantes" por las experiencias vividas y las "caras  de felicidad" de "los nenes" al recibir sus regalos e incluso tras  un partido de fútbol que armó en una aldea en medio del camino.  

 "Antes de largar me compré 500 chupetines y a cada aldea que  llegaba los repartía entre los nenes. Ver sus caras de felicidad me  hacía olvidar del cansancio. Quizás el momento más lindo fue al  tercer día, cuando organicé un picado de fútbol entre los chicos de  un pueblo. Desde acá llevé camisetas y pelotas y lo armamos.  Pusimos cocos partidos al medio como palos de los arcos y las banderas  de las empresas que me apoyan para darle colorido al partidito...  íFue una locura, con 500 personas y 300 chicos!", se sigue  sorprendiendo quien fue bautizado como el "Robin Hood argentino".    

Según informó el embajador del programa Huella Weber, que  apoya este tipo de acciones a través del deporte, donará "para  comedores, escuelas, hospitales y geriátricos: 150 kilos de leche en  polvo, 150 de cereales, 300 bolsas de revestimiento, 150 pares de  zapatillas, 150 pares de anteojos recetados, 15 sillas de ruedas, 15  pares de muletas, 15 bastones ortopédicos, 300 libros, 150  cuadernos y 150 remeras".  

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