Preocupante documento sobre casos de antisemitismo en el país

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No pueden menos que causar preocupación las conclusiones salientes del informe anual que presentó en las últimas horas la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), demostrativas de que, a pesar de que disminuyeron en cantidad, son más agresivas las agresiones antisemitas que se reportaron en nuestro país en 2016. La entidad enfatizó que los ataques en nuestro país tienen un fuerte contenido nazi, destacando además que la mayoría de estas situaciones se produjeron en plataformas on line “con una notable profundización de la violencia”.

El documento elaborado por Centro de Estudios Sociales de la institución, que se presentó en la ex ESMA, precisó que durante el año pasado se registraron 351 denuncias por hechos antisemitas, un descenso considerable frente a las 478 registradas durante 2015. Estos números implican 26,59 por ciento menos de casos registrados en 2016, aún cuando, como se dijo, se registró una disminución con respecto al año anterior, el período analizado se caracterizó por una mucho mayor violencia en las agresiones.

De todos modos. los registros dejan en evidencia que en Argentina las denuncias por antisemitismo son casi diarias. Asimismo, se precisó que el 63 por ciento de las denuncias recibidas en la DAIA fueron por expresiones realizadas por medio de distintas plataformas de Internet, ya sea en espacios de participación en medios de comunicación, redes sociales, correos electrónicos o sitios web.

“La preponderancia de hechos discriminatorios en los foros públicos de los medios de comunicación nos advierte sobre la mutación que se está dando socialmente respecto a las modalidades de expresión de odio”, precisó el informe, que atribuyó el incremento de esta práctica a “la ausencia de legislación a nivel local y al anonimato”. Del total de denuncias registradas, 32 por ciento corresponden a situaciones reivindicadoras del nazismo. Detrás están las expresiones xenófobas (26 %) y las que utilizan el conflicto en Medio Oriente para relacionarlo con agresiones a la comunidad judía (17 %).

La amenaza y el horror del nazismo no pertenecen al pasado. El auge de los neofascistas y neonazis no es nuevo ni tiene como escenario sólo a Alemania o al continente europeo. La historia y desarrollo del antisemitismo y de la xenofobia racista tienen vieja data en distintas partes del mundo, con arraigo muy profundo -sobre todo a partir del advenimiento del régimen hitleriano en Alemania- en el Cono Sur latinoamericano, en una tendencia que afortunadamente disminuyó unas décadas después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el veneno doctrinario siguió y sigue destilándose, sin que el exterminio de millones de seres humanos y la larga serie de atrocidades recogidas por la historia haga mella en concepciones culturalmente discriminatorias y, mucho menos, en el fanatismo de grupos decididamente irracionales.

Resulta especialmente penoso y preocupante cuando estas actitudes encuentran lugar en mentes juveniles, inmaduras aún para comprender en forma cabal el daño que causaron y siguen causando ideologías basadas en el resentimiento, que preconizan el autoritarismo y, finalmente, el exterminio de todo aquel que piense diferente a ellos. A pesar de que han transcurrido más de ocho décadas de cometido el genocidio, sigue resultando necesario recordar los nefastos acontecimientos de ese pasado. Y los espíritus libres deben abroquelarse contra las amenazas que no dejan de aparecer.

 

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