Miles de jóvenes dieron rienda suelta a la emoción

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Emocionados hasta las lágrimas estuvieron los 22.000 jóvenes que ayer se congregaron en la Plaza de Bolívar de Bogotá para escuchar al papa Francisco decirles: “ustedes son la paz”. Bastó esa sola frase para desatar una histeria colectiva que incluso llevó al desmayo a varios de los asistentes.

Vestidos con remeras blancas con la imagen de Francisco estampada, jeans, zapatillas, gorras para protegerse del inclemente sol del mediodía capitalino y con sus celulares en lo alto para registrar cada momento, los muchachos resistieron de pie por más de ocho horas para escuchar el mensaje del obispo de Roma.

Algunos, como Liliana Quintero (15), llegaron a la medianoche desde lugares distantes como la ciudad de Neiva (sur del país), después de viajar por ruta siete horas. “No importa el sueño, ni el cansancio ni el hambre, porque lo que queremos es escucharlo y que nos escuche”, dijo la joven.

Y es que, según las palabras del Papa, el objetivo de este encuentro fue precisamente “escucharlos y aprender”. Por eso desató nuevamente el éxtasis cuando les pidió “mantener viva la alegría” y no permitir “que nada ni nadie la robe”. Eso, precisamente, destacó la estudiante universitaria Diana Jaimes (20), que saltaba de alegría junto a varias amigas mientras Francisco hablaba desde el balcón del arzobispado. “Es lo que hace muy bonito el mensaje, porque nos alienta a ser jóvenes y a vivir con mente joven, ya que de esa manera es que podemos ser diferentes y aprovechar este momento de la vida”, declaró.

A lo largo de su discurso, el papa motivó a los presentes a que repitieran con él algunos mensajes: “Dios nos ama con amor de padre”, “hay que ayudar al otro a sanar el corazón” y “Jesús ha vencido el mal, el pecado y la muerte”.

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