Pedirán que se declare como un “estrago doloso” al incendio en el restaurante de 14 y 49

Los dueños de la casona están seguros de que el siniestro fue intencional y se presentaron como particulares damnificados

Edición Impresa

Los propietarios de la casona de 14 y 49 que quedó transformada en una tapera después del impresionante incendio del último miércoles se presentaron en la causa como particulares damnificados.

Están convencidos de que el siniestro “fue intencional” y pedirán que se caratule como un “estrago doloso”, agravado por el hecho de que la propiedad había sido declarada patrimonio histórico, aseguraron a este diario los abogados que representan a los damnificados, Alfredo Gascón, Miguel Molina y Jerónimo Gascón.

Las pérdidas, confirmaron, son cuantiosas. Como se informó en la edición de ayer, el siniestro se desató poco después de las 22.30 del miércoles en esa esquina en la que funcionó, hasta el 1 de noviembre pasado, el restaurante de sushi “Puro Ego”.

Los vecinos y algunos testigos que pasaron por el lugar advirtieron, primero, un humo denso, justo antes de adivinar la inconfundible luz del fuego y ver, justo después, las llamas escapando por las aberturas. Llamaron al 911, que gestionó el envió de dos dotaciones de bomberos.

La familia que adquirió ese inmueble en mayo de 1996 está convencida de que “fue un incendio intencional”, en el contexto “de un conflicto judicial entre los socios por el que hay dos causas penales abiertas”, confirmó Molina.

Sobre esta base, los abogados pedirán una serie de medidas de prueba a la fiscalía a cargo de la causa. Por ahora es la de Autores Ignorados, aunque es probable que recaiga en la de turno, a cargo de Marcelo Romero.

Mientras tanto, se espera el informe de los peritos de Bomberos que levantaron rastros en la escena, que podría conocerse en los próximos días.

El siniestro generó “mucha preocupación” entre los vecinos, ya que las llamas “causaron el derrumbe de techos, grietas en las paredes y un humo impresionante que se esparció por la zona”, describió un vocero, destacando que las mesas, sillas, heladeras, parrillas, cocinas y utensilios, además de todo el mobiliario de las instalaciones, “fue pasto para el incendio”.

“Desde mi terraza controlaba que no avanzaran las llamas hacia mi casa. Llegué a tirar baldazos de agua y hasta con la manguera, pero cuando llegaron los bomberos me tranquilicé un poco”, relató un vecino lindero.

El hombre admitió que sintió “mucho miedo” de que el fuego se propagara a su vivienda: “Fue desesperante”, resumió, sin pasar por alto que sí resultó dañada “la membrana del techo de un salón de fiestas” de calle 14.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE