Le tira los tejos Pico la rema en Punta y la reconciliación está cerca

El ex tenista viajó a la localidad uruguaya donde veranea Pampita y, de tanto insistir, la relación estaría a punto de renacer

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Como tenista, Juan “Pico” Mónaco ostentaba un estilo más defensivo: desde la línea de base pasaba todo lo que le tiraran y, dueño de un estado físico y una velocidad que fueron la base de que llegara a ser top 10, apostaba a meter un tiro más que sus contrincantes, y no a aplastarlos a puro tiro ganador, o con potentes saques.

Pero como amante, parece, “Pico” es todo lo contrario: un perro de presa que va al frente, un “jugador” ofensivo. Lo que permanece debajo de los estilos de “juego”, claro, es la característica base de Mónaco: la insistencia para pasar la pelotita una y otra vez es la misma que el ex tenista muestra para remar y remar su relación con Pampita, en medio de una crisis que parecía terminal pero que ahora, parece, está cerca de la reconciliación gracias a la persistencia del campeón.

Así reveló Ángel de Brito, quien contó que Pico viajó a Punta del Este para reconquistar a la modelo. Mientras Carolina festejó el Año Nuevo junto a un grupo de amigas, él cenó en su restó del Este, pero se acercó a la hora del brindis hacia donde estaba la morocha: “Estaba desesperado por irse” a encontrarse con Pampita, contó De Brito.

El encuentro se dio a las 5 de la mañana en el boliche Tequila de la localidad uruguaya. “Obviamente, Pico la fue a seducir. Hay un video que confirma todo esto, en el que se los ve brindando”, dijo el periodista, quien confirmó que “volvió la onda”.

Mariana Brey, también en Punta, contó que habló con Pico y él le confirmó la información: “Lo vi muy contento y me dijo que había brindado con Pampita el 31. Me dijo que él fue a buscarla, si bien no usó esa palabra exacta. Él fue porque quería brindar con ella. Para mí, está enamorado”, contó la panelista.

¿Fue el brindis de la reconciliación? Por segundo año consecutivo, parece que la pareja jugará a las escondidas, entre el deseo de dejar que su relación siga su curso natural sin el atosigamiento de los paparazzis, y también ese aparente afán de hacer un poco de show: está claro que escondiéndose, lo que consiguen es que la foto más codiciada del verano sea la de ambos, juntitos y mimosos.

 

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