Un adolescente, ex futbolista de Gimnasia, involucrado en un crimen
Edición Impresa | 10 de Octubre de 2018 | 01:40

Un ex juvenil de las divisiones inferiores de Gimnasia y Esgrima La Plata está acusado de participar en un crimen en su ciudad natal, Pehuajó. El futbolista categoría 2002, quien hace dos meses fue apartado del club por problemas de indisciplina, fue detenido por el homicidio de un joven de 25 años.
Según la investigación judicial, junto a otros tres jóvenes (uno menor de edad y dos mayores), el adolescente habría participado de una pelea con un primo de la víctima fatal, identificado como Carlos Pavón. A fin de interceder para rescatarlo de este grupo de agresores, se presume que Pavón recibió una pedrada en la cabeza. La piedra la habría lanzado uno de los tres acusados. Ese golpe lo hizo caer al suelo, donde luego recibió varias patadas de parte de los tres sospechosos, según los investigadores.
Más tarde, Pavón falleció en el hospital de Pehuajó. Gracias a las cámaras de seguridad se pudo identificar a los presuntos agresores y se procedió a las detenciones por el delito de homicidio agravado por alevosía. Los mayores podrían recibir condena a cadena de perpetua y los menores, hasta 15 años de cárcel.
Según pudo saberse el ex jugador del Lobo tenía antecedentes por peleas y daños. Una fuente de la dirigencia de Gimnasia confió que “tenía problemas de indisciplina” y más allá de que fue tratado con psicólogos de la institución no se pudieron corregir sus actitudes. Así, el Club decidió separarlo del plantel de Séptima División del fútbol. “Era incontrolable dentro y fuera de la cancha”, opinó la fuente y consideró que “tenía muchas condiciones porque podía jugar de cualquier cosa pero tenía otras cuestiones que lo limitaban”. Puntualmente, contó que en un partido ante Colón de Santa Fe, fue protagonista de un episodio tras el cual se decidió darle asistencia psicológica. “Lesionó a dos defensores. Pasó lo del primer jugador y lo cambiaron, pero cuando entró el otro le rompió la nariz al saltar a cabecear. Lo mandamos a pedir disculpas pero no lo entendía, nos decía que ‘eran cosas del juego’. Tras esto lo hicimos tratar por psicólogos”.
El dirigente contó que “jugó hasta la cuarta fecha del torneo y decidimos mandarlo a Pehuajó porque en la pensión no podía convivir con sus compañeros. Había dejado la escuela, la directora nos llamaba por problemas de conducta y eso fue el detonante para que volviera con su familia. Desde nuestro lado hicimos todo lo posible para corregir la situación, pero no pudimos”.
En el Club también se hizo autocrítica: “Seguro, algo debemos haber fallado”, calculó el directivo y agregó que “hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance pero también hay otros 250 chicos que necesitan nuestra atención.
Sobre la situación familiar del adolescente, dijo que “vivía una vida complicada en Pehuajó. Son once hermanos y él en su pueblo jugaba al fútbol con gente grande, donde se mataban a patadas por plata”.
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