En una entradera, amenazan con una plancha caliente a un matrimonio de jubilados

Fue durante la madrugada. Actuaron tres sujetos armados que ataron a las víctimas y las encerraron en una habitación

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La situación extrema que vivieron en la madrugada del “Día de la Madre” Jackeline (66) y Alfredo (69), en su casa del Barrio Hipódromo, se ubica en el segmento de los episodios de inseguridad cuya incidencia más preocupa en la Región durante los últimos años: las entraderas violentas.

Quienes roban utilizando esta modalidad, no hacen distinción en cuanto a los objetivos que seleccionan.

En esta oportunidad, le tocó a una pareja de jubilados que no “poseen objetos valiosos ni una vivienda vistosa”, aseguró uno de sus hijos a este diario.

Sin embargo, ese no fue impedimento para el grupo de tres ladrones armados que irrumpieron en el inmueble de 121 entre 39 y 40, cerca de las 2 de la mañana.

Dos llevaban “pañuelos negros que les cubrían el rostro, desde los ojos hasta el cuello”, en tanto que el restante actuó “a cara descubierta”, indicaron los damnificados a este medio.

Primero fueron a la habitación donde dormía la mujer y la despertaron a punta de pistola.

“¿Hay alguien más?”, le preguntó uno de los asaltantes. Ella les indicó que Alfredo estaba presente, pero en uno de los cuartos que está al fondo del domicilio.

Como el hombre padece una enfermedad en el corazón y no puede experimentar sorpresas fuertes, su esposa tomó el control.

Primero les dijo que lo mejor era que ella lo despertase, para evitar una tragedia. Reluctantes, los sujetos accedieron.

Con el dueño de casa ya levantado, comenzaron a exigir una suma de dinero que el matrimonio no poseía. En total, pudieron juntar unos siete mil pesos, que entregaron sin ofrecer resistencia.

Pero como la cifra era escasa, los malvivientes pidieron elevar el botín.

Entonces, ante la negativa de las víctimas, decidieron tomar una medida drástica: enchufaron una plancha que había en el lugar y los amenazaron con quemarlos.

Jackeline interpretó que el robo estaba escalando a una etapa más agresiva. Eligió como interlocutor al ladrón que tenía la cara visible y comenzó a hablarle.

Le explicó que no tenían más plata y, tras unos minutos, logró convencerlo de la verdad. Así consiguieron que los dejen “en paz”, pues los ataron y los encerraron en la pieza de la parte trasera del edificio. Unos 40 minutos después, se fueron.

GUANTES DE LANA

Cuando por fin pudieron liberarse y escuchar el “silencio” que indicaba que los desconocidos ya no estaban dentro de la casa, Alfredo y Jackeline dieron aviso a sus hijos y a las autoridades.

La policía científica llevó adelante su labor y determinó que los delincuentes habían utilizado guantes de lana para no dejar huellas dactilares.

En tanto, al revisar los faltantes, se encontraron con que les habían sustraído los celulares, alhajas, otros elementos de valor, una flauta Muramatsu de plata con llaves abiertas alineadas y un flautín Haynes de plata.

“El robo de los instrumentos fue lo más importante, sobre todo por el valor sentimental que tienen”, indicó Martín Bralo, hijo del matrimonio y Bombero Voluntario de Ensenada.

“Por suerte a mis padres no les pasó nada, eso es lo importante”, añadió.

 

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