Pedro y Pablo: “Las crisis son vaciamientos de las formas de pensar”

“Yo vivo en una ciudad donde la prisa del diario trajín parece un film de Carlitos Chaplin aunque sin comicidad”: la letra “Yo vivo en una ciudad” cumple en días 50 años redondos, y asoma, a medio siglo, tan vigente como entonces, a la vez que revela la esencia de Pedro y Pablo, de sus canciones de resistencia pero siempre cargadas de humor, comprensión y reflexión.

Letras hijas de un tiempo de utopías al que pertenecían Miguel Cantilo y Jorge Durietz cuando comenzaron su camino en la música, en 1967, haciendo covers de Los Beatles en fiestas como un trío vocal. Eran jóvenes saliendo de la adolescencia, y la sociedad “condenaba mi aspecto”, cantaban pelilargos, “sin la gomina y sin la oficina” de los trabajadores, pero “con ganas de renovar”, como ellos.

Cantantes de protesta folk, las vueltas del destino quisieron que el nuevo retorno del dúo que siempre está volviendo se diera en el marco de otra de las profundas crisis cíclicas que suele atravesar nuestro paisito. Pero aunque Miguel y Jorge, Pedro y Pablo, están siempre juntándose, esta vez es con una novedad: el dúo volvió a grabar un disco de estudio tras tres décadas, el mismo que presentarán, junto a sus éxitos, mañana a las 21.30 en el Teatro Metro.

“Cada tanto nos juntábamos y tocábamos, pero lo que no hacíamos era meternos en el estudio y grabar un disco de estudio, eso nos lo debíamos”, dice Cantilo de visita por la redacción de EL DIA junto a su media naranja musical. El nuevo disco, “Unidos por el cantar” comenzó a gestarse en 2016 y vio la luz un año después: tras un par de presentaciones del trabajo el año pasado, ahora Pedro y Pablo salen de gira con el material. “Así nos mantenemos en actividad haciendo lo que nos gusta”, dice Cantilo.

Durietz se suma a la charla, y cuenta que el nuevo trabajo tiene en común con los discos del pasado “la impronta del sonido de nuestras voces, que son características: la gente, apenas lo escucha, sabe que son Pedro y Pablo”.

Y “en cuanto a la temática es bastante ecléctico”, dice. “Tiene temas vinculados al análisis de los problemas sociales, ecológicos y otros más introspectivos, que se refieren a cómo vemos desde esta edad la vida”.

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“Lo presentamos muy poco el año pasado, y ahora queremos seguir presentándolo”, afirma Durietz previo al show del viernes, aunque, claro, avisa Cantilo, no todo será el repaso de “Unidos por el cantar”: el repertorio varía “según la situación del país, o nuestras ganas”, pero repasará los éxitos indispensables del combo, desde “La marcha de la bronca” a “Catalina Bahía”. “Vamos a cantar las canciones clásicas que la gente quiere escuchar”, promete Durietz.

VIGENCIA

Clásicos que, claro, siguen teniendo preocupante vigencia. Sin ánimos de comparar, Cantilo acepta algún paralelismo entre los cruentos tiempos de la Dictadura, que forzaron su exilio a Colombia y España: la censura de aquellos días, violenta y sangrienta, afirma, ya no es, aunque sí existe otra forma de censura, la del mercado.

Y, en los últimos tiempos, opina, el pensamiento se ha vuelto particularmente dicotómico, lo que ha provocado que “para algunos se redujeran los espacios de trabajo, porque si sos zurdo, o si votaste a tal o cual, de ciertos lugares no te llaman”. Por otro lado, afirma que los nuevos medios de distribución han ayudado a equilibrar el ecosistema y permiten difusión a otras voces fuera de la hegemonía.

De todos modos, advierte Cantilo que “no todos” los clásicos sostienen su vigencia. “Algunos sí, otros no”, afirma, y dice que quizás uno que resuena hoy en la audiencia particularmente es “La Legión Interior”.

“Las páginas del diario ya son repetición de la ficción, no hay límites entre la realidad, eso que está y lo que no está”, cantan Cantilo y Durietz, e insisten: “La marcha va por dentro y sale de tu centro, y fluye en energía vital que nos guía a luchar por un mundo ideal”. La canción fue escrita en 1982.

Y lo que rescata Cantilo es que no se trata de una crítica nihilista. “Tiene además de una visión crítica, la propuesta de que el individuo reflexione, analice la realidad de una forma menos cortoplacista, menos política y más filosófica”. Ata aquellos versos a “Resistencia”, el corte de difusión del nuevo disco “que enlaza la cuestión ecológica con el problema social que produce las violaciones al ecosistema, la actitud irresponsable de las empresas y las personas muy ambiciosas, que hacen dinero a costa del equilibrio natural. Pero ese análisis está dirigido a que esa persona trate de tener una actitud de resistencia, pero una resistencia consciente y pacífica, no un pataleo”.

Cantantes de protesta, aunque siempre salvados del pesimismo por su humor y un horizonte que desea un mundo mejor, Pedro y Pablo, Miguel y Jorge, llegarán a La Plata otra vez envueltos de crisis. Y, ¿a ofrecer qué? ¿Qué puede brindar la música en estos días convulsionados?

Cantilo está convencido: “Otras formas de pensar”, dice. “Las crisis son vaciamientos de las formas de pensar: el pensamiento se vuelve a lo material, se obsesiona con las carencias, las insatisfacciones”. El arte va al rescate, ofrece otras miradas que escapan a lo urgente para plantear lo importante. Y también, dice Durietz, es una “medicina anti-estrés, porque justamente lo que pasa en las crisis es que la gente vive ansiosa”. En ese sentido, cierra Cantilo, la música también puede divertir. Porque, lejos de otra falsa dicotomía, la que resume a la música en banal y bailable o seria y solemne, “la música puede hacer bailar y pensar”. A ofrecer eso vendrán Pedro y Pablo.