Lo buscaban por un crimen, recibió a la Policía a los tiros y cayó herido
Edición Impresa | 27 de Octubre de 2018 | 03:32

El 5 de agosto de este año, Aldo Servin Rojas, un joven paraguayo de 30 años, fue ultimado de un disparo en el pecho cuando salió en defensa de su pareja, que en ese momento era asaltada por tres sujetos armados.
El episodio al que se hace mención ocurrió en la puerta de una casa de Altos de San Lorenzo -situada en 89 bis entre 17 y 18- y causó conmoción en el barrio debido a que todo las pistas indicaban que los agresores eran “del barrio”.
Esa presunción (que tenía su fundamento en el conocimiento de los propios vecinos) sería luego confirmada por las autoridades, que en un informe destacarían: “se trata de delincuentes conocidos en la zona, todos con antecedentes penales, que han participado de otros hechos bajo la modalidad asalto”.
Ayer, en una vivienda cercana a la escena del asesinato, uno de los sospechosos -de 18 años- fue aprehendido, luego de protagonizar un tiroteo con la Policía en el que resultó herido de bala.
La pistola que utilizó el delincuente para repeler a los agentes de la Fuerza, poseía un pedido de captura y había pertenecido a un efectivo de la Subcomisaría La Unión. Pero eso no fue todo lo hallado en el domicilio del acusado: en su poder tenía un chaleco antibalas perteneciente a la fuerza policial de la provincia de Santa Fe.
tiros desde la cama y el baño
Dos días después del crimen de Roa, los detectives del gabinete de Homicidios de la DDI La Plata, encabezados por su jefe Néstor Muñoz, ya tenían identificados a los presuntos autores.
Se trataba de tres jóvenes de 18, 19 y 24 años, que moraban por la vecindad.
Entre el 6 y 7 de agosto, se llevaron a cabo cuatro allanamientos en propiedades aledañas al lugar de los hechos.
En aquella oportunidad, los operativos arrojaron un resultado negativo.
No obstante, durante los procedimientos se “ lograron secuestrar elementos de interés para la investigación”, le dijo a EL DIA un portavoz de la fuerza.
Entre ellos, se secuestraron una vaina servida calibre 9 mm, restos de plomo y prendas de vestir que estarían relacionadas con el homicidio.
Poco menos de tres meses pasaron en los que se efectuaron distintas tareas de investigación para dar con los buscados.
Esas pesquisas dejaron ver cierta inteligencia en los asaltantes, que alternaban entre varios domicilios con el objeto de mantenerse prófugos de la justicia.
Por fin, los investigadores dieron con un sector comprendido entre las calles 89 a 90 y 17 a 19, que era “frecuentado” por “tres masculinos extraños”.
En la noche del jueves, se intentó montar una vigilancia del área, pero debido a la “alta conflictividad”, la acción fue trasladada al día siguiente.
Con la cuadra de 90 entre 18 y 19 ya marcada, los uniformados procedieron a registrar tres casillas. Al ingresar en una de ellas, fueron recibidos por un sujeto que, desde debajo de la cama, comenzó a disparar a discreción. Ante la respuesta, intentó una breve huida hacia el baño, desde donde efectuó otras tantas detonaciones.
Tras una balacera feroz, la Policía consiguió reducir al individuo, que culminó en el hospital San Martín con una herida en la pierna derecha con orificio de entrada y salida. Su vida no corre peligro.
Como se dijo, el adolescente utilizó una pistola marca Bersa que había sido sustraída a un efectivo policial el 21 de Abril del año 2017.
En tanto, los dos sospechosos restantes aún son buscados y no se descarta que hayan permanecido en esa vivienda horas antes del operativo.
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